El marido de la mujer asesinada durante una discusión de
tráfico en Madrid el 20 de agosto de 2010 relató ayer al tribunal que el
acusado, de 76 años, salió del coche «pistola en mano», le plantó el
arma a su mujer «contra el pecho» y «le pegó un tiro» a bocajarro. Luego
la remató con otro disparo en la cabeza cuando ya estaba tendida en el
suelo. El procesado reconoció ante el juez que cometió el crimen después
de que la víctima y su marido le insultaran sin que él hubiera cometido
ninguna infracción. «Me volví loco, supongo», dijo Ángel O., para quien
el fiscal solicita 37 años y tres meses de prisión.
El homicida explicó en la sala de vistas que compró el
arma en los años setenta en Sudáfrica, que ese día la llevaba en la
guantera del coche y que con ella disparó a la víctima, María Luisa S., y
a su marido, Abdou L., al que no alcanzó. «Me llamaron viejo asqueroso y
me dijeron que si no sabía conducir que mejor no lo hiciera, pero yo no
había hecho nada, nunca he tenido un accidente», insistió el hombre.
Ángel O., que solo respondió a las preguntas de su
abogado, señaló que disparó a la mujer, de 55 años, porque cuando la
discusión de tráfico parecía terminar, ella golpeó en una de las
ventanas y en el capó de su coche. Tras descerrajarle un tiro en el
pecho, detalló ante el tribunal, se volvió para tirotear al marido de la
víctima, sin alcanzarle, pero que no hizo más disparos «contra nadie
más». Varios testigos corroboraron su versión, afirmando que solo oyeron
tres detonaciones, pero el portero de una vivienda próxima relató que
tras recriminarle al acusado su acción, éste le disparó hasta en dos
ocasiones, pero que unas columnas del portal evitaron que fuera
alcanzado.
Como explicó el marido de la fallecida, todo comenzó en
la calle Francisco Villaespesa cuando, al arrancar el acusado su coche
en un semáforo en verde, se paró de pronto y él, que iba detrás en su
vehículo, le pitó para que avanzara. Acto seguido, decidió poner en
paralelo su turismo con el de Ángel O. y preguntarle qué le había pasado
para parar, a lo que el acusado respondió con insultos, según Abdou.
«Me enfurecí», atravesé mi coche delante del suyo, salí y «escupí» hacia
él, reconoció el marido de María Luisa, que tiene dos hijos, uno de los
cuales viajaba con ellos ese día.
Persecución en coche
Abdou confesó que al ver que la situación «se le iba de
las manos», cogió a su mujer del brazo para volver a su vehículo, pero
que ella debió oír «algo más» porque regresó hacia el acusado, quien
salió de su coche empuñando una pistola y la descerrajó un tiro en el
pecho. «Me ha disparado», fueron las últimas palabras de la mujer poco
antes de que, según su esposo, cayera al suelo y él se ocultara detrás
de unos arbustos al ver que el acusado le encañonaba. Después, Ángel O.
se volvió a «rematar» a su esposa con otro disparo a la cabeza.
La Policía detuvo al acusado cerca de la glorieta de
Carlos V gracias a la ayuda de dos testigos que siguieron al asesino en
sus vehículos y llamaron al 112. «Parecía tranquilo y solo comentó que
tenía en su casa un gato que no tenía suficiente agua», explicó una
agente. En la vista, una forense testificó que la María Luisa tenía dos
heridas de bala, una en la zona cardíaca y otra en la mandíbula, y que
la segunda era «mortal» porque afectó al cerebro. A Ángel O., que según
el fiscal no padece ningún trastorno psiquiátrico, la acusación
particular le pide 82 años de prisión y 450.000 euros de indemnización.
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