miércoles, 9 de noviembre de 2011

Bebé recién nacido abandonado y parcialmente comido por animales.

El caso de Mudrián (Segovia), que comenzó con un mazazo por la tragedia de encontrar a un bebé muerto no se acaba ahí. El recién nacido presentaba partes del rostro y del tórax comidas por animales. Llevaba una semana bajo un árbol del pinar. Pronto se dio con la madre, M. K. C, una mujer polaca de 28 años que residía en la localidad y que trabajaba en la planta de fresa de la empresa Viveros La Segoviana. La Guardia Civil la detenía un día después del macabro hallazgo.
Según declaró ante el juez de Cuéllar, parió sola y abandonó al recién nacido. De inmediato fue decretado su ingreso en prisión. En la cárcel de Brieva (Ávila) permanece esta joven acusada de un delito de infanticidio y que tiene tres hijos en Polonia. En su declaración señaló que ocultó su estado tanto a sus compañeros de trabajo como a su novio, tanto que, ante el aumento del grosor de su cintura, justificó ante ellos que se producía por una medicación que estaba tomando.
Fue el 30 de octubre cuando se produjeron los hechos. Ella relató que se encontraba en una fiesta con unos amigos cuando comenzó a sentir las contracciones del parto. Puso una disculpa y se ausentó llevándose el vehículo de su pareja. Condujo hasta un pinar, bajó del coche y parió sola, cortando además el cordón umbilical con unas tijeras. Allí abandonó el cordón, la placenta y varias prendas ensangrentadas que utilizó para limpiarse.
Después cogió al recién nacido que, según aseguró la madre, estaba vivo, lo metió en el turismo y condujo durante otro medio kilómetro. Lo sacó del coche envuelto en una manta y lo dejó bajo un árbol de un pinar. Seis días más tarde aparecía el bebé muerto, comido en parte por los animales. La madre permanece en prisión a la espera de juicio.

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