miércoles, 23 de agosto de 2017

Emoticonos y alfabetización digital.

Una sugerencia para los organizadores de cursos de alfabetización digital y de adiestramiento en el uso de redes sociales: urge formar a la gente en el empleo de los emoticonos. Son ya tantos y tan pintorescos que al verlos en el mensaje recibido uno no sabe si le felicitan o le están insultando. 
Cuando surgió el primer 'smiley' nos pareció un detalle simpático, y sin duda lo era. Aquella cara risueña venía a perfeccionar el «punto de risa» propuesto ochenta años antes por Ambrose Bierce: un signo de paréntesis horizontal que imitaba el gesto de la boca al reírse. A partir de ahí la analogía se puso manos a la obra y fue tratando de completar con imágenes el infinito catálogo de las expresiones faciales, con el vano propósito de reemplazar al lenguaje de las emociones.
El auge del emoticono habla del imperio avasallador de lo emocional, pero a la vez de un déficit galopante en nuestra capacidad de expresar los afectos mediante el lenguaje. No es verdad que los 'emojis' añadan matices a las palabras. Al contrario, las suplantan, y al hacerlo simplifican los mensajes reduciéndolos a balbuceos, a gruñidos, a gestos simiescos. En estos tiempos aumenta de manera abrumadora la cantidad de los mensajes -es decir, crece el ruido-, pero al mismo tiempo se reduce su dimensión. La ilusión visual de un emoticono que con un simple clic reproduzca todas las intenciones del emisor supone abrir la puerta a la ambigüedad. O, lo que es lo mismo, al malentendido.

Hay usuarios de Whatsapp que han desarrollado reflejo especial para responder los mensajes con un limitadísimo catálogo de caritas, pensando que los receptores son seres inteligentes y sabrán interpretarlas. Su ingenuidad es la misma que la del conductor que presiona el claxon o el joven que pega un silbido para hacerse reconocer a distancia, y lo único que consiguen es que vuelvan la cabeza todos menos el destinatario. Pero la vieja creencia de la supremacía de los signos icónicos sobre los símbolos -o, lo que es lo mismo, de la imagen sobre la palabra- ha popularizado estos garabatos pobres de contenido que en los últimos tiempos tratan de compensar su parquedad a base de multiplicarse.
De las caritas portadoras de emociones básicas hemos pasado a los emoticonos de países, costumbres, comidas, oficios, aficiones o personajes, hasta convertir las comunicaciones en una sucesión de ideogramas que recuerda a las cartillas de parvulario. Y hay colectivos que demandan su propio emoticono con la misma pasión con la que se quejan a la RAE por las acepciones ofensivas de su nombre genérico o de su gentilicio. Como en tantos otros aspectos de la comunicación, la función referencial de los mensajes es desplazada por la función emotiva. No importa tanto lo que decimos como lo que sentimos al decirlo. La emoción en estado puro: o sea, en estado ininteligible.
Fuente: Diario Vasco.

lunes, 14 de agosto de 2017

Archidiócesis polaca pide a sacerdotes no usar emoticonos.

La Archidiócesis de Poznan (oeste de Polonia) pidió a sus sacerdotes que no usen emoticonos en los mensajes parroquiales, “ya que estos pueden ser percibidos como un comportamiento infantil”.
En un comunicado, la curia de Poznan reconoce que el uso de emoticonos es algo común en el ámbito de las redes sociales, aunque pide que no sea parte de las comunicaciones de la Iglesia.
La archidiócesis cree que el uso de emoticonos pude hacer que la información de contenido religioso sea recibida como algo “banal”.
El portavoz de la curia de Poznan, el padre Maciej Szczepaniak, señaló a medios locales que los últimos años se ha observado cómo se ha hecho más popular el empleo de emoticonos en anuncios parroquiales y sitios web vinculados con la Iglesia.
“No se trata de un fenómeno muy grave, pero vemos que algunos sacerdotes están tratando de ser modernos cuando se dirigen a los jóvenes, incluso escriben comunicaciones parroquiales en un lenguaje similar al usado en las redes sociales, y es precisamente a ellos a quienes se dirige esta petición”, señaló Szczepaniak.
Para el portavoz eclesiástico, la escritura de anuncios parroquiales y comunicaciones oficiales de la parroquia “es algo muy serio, y los sacerdotes deben de escribir de una manera comunicativa pero también concisa y seria”.
Para ese mismo portavoz el uso de emoticonos hace que a veces los sacerdotes no presten la atención debida al contenido del mensaje, y escriban comunicados que pueden ser percibidos por la sociedad como infantiles.
El emoticono es una secuencia de caracteres informáticos que representa una cara humana y expresa una emoción.
Fuente: www.sinembargo.mx

domingo, 13 de agosto de 2017

Detenido el dueño de un bar por esclavizar a sus empleados.

La Policía Nacional ha detenido por un delito contra los derechos de los trabajadores al dueño de un bar restaurante de Palma de Mallorca que imponía condiciones de esclavitud a sus empleados, con jornadas laborales de hasta 17 horas, todos los días de la semana, sin contrato y por sueldos míseros.
La investigación de los agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras comenzó en julio, a raíz de una denuncia por las condiciones abusivas que imponía el empresario, presentada por un extrabajador del local, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Baleares en un comunicado.
Los agentes localizaron a otros antiguos trabajadores que corroboraron haber trabajado en esas mismas circunstancias, ante el temor de ser despedidos y por necesitar ingresos para subsistir.
Las condiciones abusivas de trabajo consistían en realizar jornadas laborales de 12 horas diarias, llegando en algunos casos hasta las 17 horas, durante todos los días de la semana y sin disponer de contrato laboral.
El propietario del local les abonaba alrededor de 3,5 euros por hora trabajada y les descontaba las consumiciones que tomaban para poder aguantar las largas jornadas maratonianas de trabajo.
Los trabajadores no disponían de vacaciones, no cobraban pagas extraordinarias ni finiquito al finalizar su relación laboral.
Los víctimas de este empresario trabajaban como camareros, cocineros, personal de limpieza y de mantenimiento y no denunciaban por necesidades económicas y personales.
Las investigaciones han concluido con la detención del dueño del local, en la operación policial denominada "Hunter".
Por su parte, CCOO en Baleares ha manifestado hoy su condena por la "execrable actuación del dueño" del bar y ha animado a los trabajadores a que, ante los incumplimientos de la legislación laboral, se ejerzan las pertinentes denuncias con el fin de evitar situaciones como la conocida hoy.
Fuente: Diario.es