La chica, hija de un empresario de Alicante, fue raptada en 2009 por dos hombres, uno de ellos exempleado de su padre.
La Fiscalía ha solicitado penas de prisión que oscilan entre los 25 y los 28 años para cada uno de los dos acusados de secuestrar en Alicante a la hija de un empresario, por la que llegaron a exigir 300.000 euros para su liberación. El juicio por esta causa comienza hoy en la sección tercera de la Audiencia de Alicante y uno de los dos hombres que se sentará en el banquillo por estos hechos, ocurridos en 2009, fue empleado de la citada empresa hasta mayo de ese mismo año.
El escrito de la acusación pública recoge que los dos
presuntos autores son responsables de los delitos de secuestro y de
tenencia ilícita de armas, así como de lesiones por «grave enfermedad
psíquica», ya que la joven a la que secuestraron, de 19 años, aún
presenta trastorno por estrés postraumático ansiedad, miedo a salir sola
o estar en espacios cerrados e «hipervigilancia». Los hechos tuvieron
lugar el 13 de julio de 2009, cuando los dos acusados -hermanos-, tras
robar bajo amenaza un turismo a un particular días antes, se dirigieron
al centro educativo en el que la joven estudiaba.
Tras pinchar las ruedas del vehículo de ésta, esperaron a
que saliera del centro y, después de que la joven llamara a su
padrastro para informarle del suceso, se aproximaron con el coche robado
y la introdujeron por la fuerza en su interior. Armados con un subfusil
ametrallador de combate y con el rostro tapado, condujeron a la chica
hasta una zona boscosa del término municipal de Alicante y la
introdujeron en un zulo subterráneo, de unos dos metros de profundidad,
que previamente habían excavado.
Pago de 300.000 euros
Según el relato del fiscal, con el móvil de la joven
llamaron al padrastro, responsable de una mercantil de mensajería, y le
exigieron el pago de 300.000 euros, en billetes de 50 euros, en un plazo
máximo de 48 horas. Un día después, el empresario comunicó a los
secuestradores que sólo disponía de 74.000 euros, cantidad que fue
aceptada por estos últimos, quienes le indicaron que al día siguiente
tendría que efectuar el pago. El empresario, que informó en todo momento
a la Policía Nacional, se dirigió al lugar indicado por los
secuestradores, aunque estos, en comunicación permanente con él,
variaron en varias ocasiones el lugar donde debía depositar el dinero en
una bolsa de deportes.
Finalmente, el empresario dejó el dinero en una avenida
de la ciudad poco transitada y minutos después apareció uno de los ahora
apresados en una bicicleta, quien, tras dar varias vueltas, asió la
bolsa. Entonces fue detenido por efectivos policiales, que en todo
momento siguieron los movimientos del empresario.
Un día después, el hermano del detenido tuvo conocimiento
del arresto de éste y liberó a la joven, pero también fue capturado al
localizar la Policía Nacional el lugar desde donde estaba llamando a su
compañera sentimental.(FUENTE: ELCORREO.com).
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