El perro ha demostrado que puede ser el mejor amigo de
los humanos en la salud y también en la enfermedad. El hospital Clínico
de Barcelona trabaja a través de su Instituto de Investigaciones
biomédicas Agustí Pi i Sunyer (Idibabaps) en un curioso proyecto de
adiestramiento de perros para la detección temprana de la hipoglucemia,
una complicación típica de los diabéticos, que se produce cuando el
nivel de glucosa en la sangre se sitúa por debajo de lo normal. El
olfato de los perros es tan sofisticado que son capaces de detectar un
problema de salud como éste antes de que el paciente comience a sufrir
los síntomas.
El hallazgo lleva la firma de un grupo inglés, que
descubrió que los animales de pacientes diabéticos ladraban y se
mostraban mucho más nerviosos antes de que sus dueños sufrieran una
bajada de azúcar. Los científicos británicos demostraron que este cambio
de conducta se da en el 70% de los canes analizados. La experiencia
sirvió de base para poner en marcha el trabajo que realiza el Idibaps,
en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona.
Un simple experimento basta para demostrar la capacidad
de los perros adiestrados en la detección temprana de la hipoglucemia.
El simple aliento de un paciente, capturado en un vaso de plástico,
basta para que un can entrenado alerte con sus ladridos de la inminencia
de riesgo, según explicó el director de Idibaps, Ramón Gomis. Al
parecer, los canes detectan un olor específico que produce el sudor del
ser humano momentos antes de verse abatido por la hipoglucemia.
Los investigadores catalanes creen que si los animales lo
hacen, tal vez sea viable el diseño de un aparato con un sensor que
alerte del riesgo de accidente y en eso trabajan. Algún día, quién sabe,
unos sensores con un mecanismo similar tal vez puedan prevenir
infecciones mediante la detección temprana de una bajada de las
defensas. (FUENTE: EL CORREO).
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