El
único acusado por el robo de 442 mil dólares de una caja de seguridad,
que el Colegio de Psicólogos de la provincia de Buenos Aires tenía en la
sucursal platense del Banco Credicoop, será enjuiciado en 2012 en el
Juzgado Correccional 5 de La Plata, confirmaron fuentes judiciales a Online-911. En
la investigación hubo varias personas procesadas, pero fueron
sobreseídas y beneficiados con la prescripción de los delitos atribuidos
por el paso del tiempo.
Juan Manuel Vilchez, el presunto
empleado infiel de la entidad afectada, deberá enfrentar el juicio oral
ante el juez Diego Tatarsky por los delitos de hurto agravado y estafas. En
julio pasado la fiscal Ana Medina había procesado al mencionado Vilchez
junto al tesorero de la Caja, Jorge Reartes y al empleado bancario
Horacio Daniel González, pero éstos dos últimos fueron sobreseídos.
Hugo
Alberto Vilzhez, padre de Juan Manuel y Juan Antonio Banegas, también
fueron procesados, pero por encubrimiento. Debido al paso del tiempo la
causa prescribió y no deberán enfrentar el debate oral. En el
expediente se dio por acreditado que el “día 20 de marzo de 2003” una
persona ingresó al sector de cajas de seguridad del banco que estaba
ubicado en diagonal 80 y 5 “y contando con la connivencia” de un
empleado del banco falsificaron una identidad en los registros bancarios
para “acceder a la caja de seguridad identificada con el número 273”
para apoderarse del dinero. Para la fiscal los autores de esta maniobra
fueron Juan Manuel Vilchez, ex empleado de la Caja de Psicólogos, y el
trabajador bancario Horacio Daniel González.
Entre la abundante
prueba de cargo contra los sospechosos se destacan las declaraciones de
funcionarios y empleados de la entidad de previsión social, pericias
caligráficas que revelaron que la firma de Jorge Reartes (tesorero de la
Caja y ex imputado) fue falsificada, y una filmación que, al momento
del hecho, ubica a Reartes en la localidad de Lomas de Zamora. Se
sospecha que González dejó ingresar a Vilchez a la zona de las cajas
sabiendo que no tenía permiso para ello y, para cubrirse, falsificó la
firma del entonces tesorero Reartes. “La sucesión de irregularidades en
que incurrió Gonzáles (…) permiten afirmar que su accionar aparece como
doloso”, detalló la fiscal en su escrito.
Según se desprende
de la causa Vilchez entregó el dinero a su padre, Hugo Alberto, y a Juan
Antonio Banegas quienes, sabiendo el “origen ilícito” del dinero,
comenzaron a gastarlo, siempre según la hipótesis fiscal. En el
expediente figura que días después del robo, Vilchez padre compró un
Chevrolet Vectra. Caballos de carrera, regalos y prendas de vestir de
costo considerable y realizó viajes con estadías en hotel.
Para
la fiscal Medina se está en presencia de un “notorio e injustificado
incremento patrimonial y del nivel de vida de (Juan Antonio) Vilchez” en
una época “concordante” con el robo sin que se conociera su “fuentes de
ingreso ni trabajo fijo”. La fiscal pudo comprobar, tecnología
mediante, que estos sospechosos llegaron a la ciudad de La Plata el día
del hecho y minutos después del mediodía de aquel 20 de marzo,
emprendieron viaje hacia Capital Federal, donde comenzaron a gastar el
dinero.
Para llegar a esa hipótesis se valió de una serie de
entrecruzamientos de llamadas telefónicas y apertura de celdas en
antenas de telefonía celular. Esta investigación cayó en saco
roto, ya que la calificación de los delitos que se les imputa tiene una
pena en expectativa baja. Eso sumado al trabajo de los abogados
defensores que dilataron la investigación, determinaron que uno solo de
los sospechosos llegue a juicio.
Este tipo de delitos se puede
solucionar mediante una suspensión de juicio a prueba (probation) ya que
la pena en expectativa no es de cumplimiento efectivo. (FUENTE: ON LINE 911, ARGENTINA).
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