Las tareas de espionaje político investigadas por la juez se
reflejaron en unos partes mecanografiados sobre los que un empleado
público de la Comunidad de Madrid escribió distintas anotaciones, según
acreditó un informe pericial caligráfico encargado por la juez. El espionaje político tuvo lugar, al menos, entre abril y mayo de
2008, cuando el PP nacional dirimía si el liderazgo seguía en manos de Mariano Rajoy
o pasaba a manos de Esperanza Aguirre. Tanto Cobo como Prada, los dos
espiados, forman hoy parte de la dirección nacional del PP. Prada fue
destituido como vicepresidente autonómico unos meses después de sufrir
el espionaje.
Pese a que la investigación recabó numerosas pruebas de los
seguimientos a Prada y Cobo, tanto en lugares de trabajo como en actos
privados, y que los partes del espionaje recogían notas manuscritas de
un empleado público de la Comunidad de Madrid, la juez del caso, Carmen
Valcarce, decidió archivar la causa, en la que estaban imputados hasta
tres ex guardias civiles fichados por el entonces consejero de Interior,
Francisco Granados, un empleado público de la dirección de Seguridad y el ex director general de Seguridad, Sergio Gamón, fichado en su día por la presidenta de la Comunidad de Madrid.
La Audiencia de Madrid ordenó en marzo de 2011 a la juez reabrir el
caso, al encontrar “indicios suficientes de la comisión de un delito de
malversación de caudales públicos”. Con fondos de la Comunidad de
Madrid, según los argumentos de la Audiencia Provincial, se pagaron
servicios de espionaje a dos cargos políticos del PP. La juez
consideraba imposible calcular el dinero malversado, mientras la
Audiencia le explicaba cómo podía descubrir la cifra.
Pese a ello, la juez volvió a archivar en febrero de 2012 la causa,
tras algunas diligencias menores, con el argumento de que no era posible
concluir que los vehículos o teléfonos relacionados hubieran sido
utilizados en los presuntos seguimientos, pese a que todos los informes
policiales y periciales así lo concluían de manera determinante.
En el auto de este jueves, la Audiencia vuelve a insistir: “Existen
indicios suficientes de delito [de malversación de caudales públicos]
(...) basados en las declaraciones de los tres asesores imputados, por
su ausencia de credibilidad, en que los seguimientos no se compadecen
con la idea de reforzamiento de la seguridad ordinaria, en la pericial
caligráfica que considera a [José Manuel] Pinto [empleado autonómico]
autor de las anotaciones manuscritas que aparecen en algunos de los
partes de seguimiento, en las declaraciones de los asesores que ponen de
relieve que recibían instrucciones de Sergio Gamón, y en que los cinco
imputados son funcionarios teniendo a su disposición teléfonos móviles,
vehículos, combustible además de gozar de una nómina mensual durante el
tiempo que se realizaron los seguimientos”.
Desde que estalló el escándalo del espionaje político en la Comunidad
de Madrid, el Gobierno de Esperanza Aguirre, que negó los hechos en
todo momento y lo sigue haciendo, ha defenestrado a algunos de los
principales sospechosos. Sergio Gamón, al que Aguirre fichó como director general de Seguridad
Ciudadana cuando estaba casado con su secretaria, dimitió de su cargo
un año y medio después de estallar el escándalo.
Aguirre forzó esa decisión cuando la ex mujer de Gamón denunció que su marido hablaba con Ignacio González,
vicepresidente autonómico, sobre los seguimientos a los cargos del PP.
La mujer también fue despedida como secretaria en Telemadrid.
Francisco Granados, consejero de Interior que fichó a los tres ex
guardias civiles que se encargaron de seguir día y noche a Prada, y en
menor medida a Cobo, durante al menos dos meses, también fue
defenestrado de su cargo en la Comunidad de Madrid y, posteriormente, de
la secretaría general del PP de Madrid. Ignacio González, sospechoso porque le citó expresamente la mujer de
Gamón como el interlocutor de su marido para los seguimientos, permanece
en el cargo y muy reforzado tras ser elegido secretario general del PP
de Madrid. (FUENTE: EL PAÍS).
No hay comentarios:
Publicar un comentario