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Javier Jordán, experto de la Universidad de Granada, advierte de que esta selección podría estar inspirada por simbología asociada a 11-S, pero, sobre todo, por el impacto mediático internacional que conllevan este tipo de atentados
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Hoy, día uno de mayo, se cumple el primer aniversario de la operación militar que supuso la muerte de Osama Bin Laden
El terrorismo yihadista busca atentar contra objetivos blandos, de
carácter indiscriminado, y altamente letales. Al mismo tiempo, tiene
“auténtica fijación” con objetivos relacionados con la aviación civil,
tanto aeropuertos como aviones de pasajeros, cuya selección podría estar
inspirada por simbología asociada a 11-S, pero, sobre todo, por el
impacto mediático internacional que conllevan este tipo de atentados (en
los que las víctimas suelen ser de más de un país), así como por los
daños a la economía nacional e internacional que supone la alteración
del tráfico aéreo.
Éstas son algunas de las conclusiones de un artículo publicado por el profesor Javier Jordán Enamorado, del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Granada y experto en terrorismo yihadista, en la prestigiosa revista Studies in Conflict and Terrorism, coincidiendo con el primer aniversario de la operación militar que supuso la muerte de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.
Este artículo ofrece un análisis descriptivo de la actividad
terrorista de inspiración yihadista que tuvo lugar durante la pasada
década. Para ello, su autor analizó una muestra de 85 incidentes, que
incluyen complots desbaratados y atentados (fallidos o ejecutados con
éxito), contra objetivos en Europa Occidental durante el periodo
2001-2010. La muestra ha tratado de abarcar todos los incidentes que han
trascendido en los medios de comunicación, y representa un porcentaje
muy elevado del universo completo de estudio.
Países más afectados
Respecto a los principales países afectados por el terrorismo
yihadista en Europa Occidental, el profesor Jordán afirma que éste no se
materializa de manera uniforme. “Es posible distinguir un núcleo de
países particularmente afectados por el terrorismo global, atendiendo al
número de complots ejecutados o desarticulados en su territorio y a la
cantidad de detenidos por su presunta relación con el terrorismo. Entre
esos países despunta el Reino Unido, seguido a cierta distancia por
Francia, España, Alemania, Dinamarca, Italia, Bélgica, Holanda y
Dinamarca”.
Aproximadamente el 66% de los terroristas empleó (o iba a emplear)
explosivos, de los que más de dos tercios de los casos de fabricación
casera. A gran distancia, la segunda opción son las armas de fuego. En
tercer lugar se encuentran los incidentes donde se pretendían fabricar y
utilizar sustancias tóxicas. Y, por último, existen dos casos donde los
protagonistas del complot trataron de hacerse respectivamente con un
lanzagranadas (RPG) y un misil antiaéreo portátil (MANPAD) con el fin de
derribar aviones civiles. En ninguno de los dos casos los terroristas
fueron capaces de adquirir ese tipo de armamento.
Javier Jordán destaca que en 56 de los 85 casos analizados “no consta
el paso de ninguno de integrantes del grupo por un campo de
entrenamiento o por escenarios de insurgencia yihadista fuera de
Europa”. Así, Asia Central es, con diferencia, el lugar que más se
repite como lugar de entrenamiento o de participación en una insurgencia
yihadista. Al mismo tiempo, se aprecia la importancia de Pakistán sobre
Afganistán durante la segunda mitad de la década.
Estructura plural
El experto advierte de que la información sobre la estructura
organizativa que yace detrás de los incidentes terroristas “revela la
pluralidad y complejidad de la misma”. En 41 casos constató una
vinculación con una organización superior, mientras que en 44 la
información disponible lleva a pensar que se trata de células
independientes (29 casos) o individuos aislados, también denominados
‘lobos solitarios’ (15 incidentes).
Al mismo tiempo, la segunda mitad de la década también es testigo de
la importancia que siguen poseyendo las organizaciones complejas.
Proporcionalmente su protagonismo es menor (24 incidentes de células
vinculadas en 2001-2005 frente a 17 en 2006-2010), pero a la vez se ha
doblado el número de grandes organizaciones relacionadas con los
incidentes terroristas (4 en la primera mitad, y 8 en la segunda). Este
hecho “puede interpretarse como una pérdida de capacidad de Al Qaeda
central y de las organizaciones norteafricanas (GSPC y GICM) que, sin
embargo, se ha visto compensada por la aparición de nuevos actores en el
escenario europeo, que de forma autónoma, o en operaciones conjuntas
con Al Qaeda central, siguen manteniendo vigente la amenaza terrorista”,
concluye Jordán. (FUENTE: CANAL UGR).
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