Familiares y allegados de José Javier Ezkerra Uriarte,
Txetxu, el abogado vizcaíno de 49 años cuyo cadáver fue recuperado la
noche del miércoles en una sima de Burgos donde lo ocultó un ganadero
hace tres meses, velaron su cadáver en un tanatorio de Bilbao en la
más estricta intimidad, como era su deseo. El acto, en el que le dieron
su último adiós su viuda, su madre, su hermano y otros íntimos, fue muy
emotivo. El lunes se oficiará el funeral por el letrado en la
iglesia San Vicente de Bilbao, ubicada junto a los Jardines de Albia, a
las siete de la tarde, según confirmaron ayer fuentes cercanas a la
familia.
Los restos del letrado, en estado de descomposición,
aunque bien conservados, fueron sometidos el jueves por la mañana a una
autopsia en la sede del Instituto de Medicina Legal de Burgos. Además,
se extrajeron muestras que están siendo analizadas. El informe forense
será determinante en el juicio con jurado que se celebrará en la
Audiencia burgalesa cuando concluyan las diligencias.
Teo Braceras, el hermano mayor de los dos ganaderos del
Valle de Mena encarcelados desde hace dos meses por el caso, confesó el
miércoles su implicación en la muerte de Ezkerra Uriarte y dónde le
había enterrado. En la declaración, el imputado, que había guardado
silencio durante tres meses, se emocionó en tres ocasiones. Teo asumió
toda la responsabilidad y exculpó a su hermano José Ángel, que testificó
después confirmando la versión del primero.
Engañado
Según dijo, firmaron un contrato de compraventa de una
finca en Berrandúlez donde guardaban el ganado gracias al dinero que les
prestó Ezkerra Uriarte. Sin embargo, el letrado les advirtió de que
había que protocolizarlo ante un notario. El 15 de febrero, día de
autos, quedaron en Villasana para volver a rubricar el acuerdo. El
ganadero explicó ante la jueza de Getxo que instruía el caso hasta ahora
y las partes, que volvió a estampar su firma sin leerlo, pero que
mientras esperaban a su hermano en Berrandúlez, lo cogió de la guantera
del todoterreno de Txetxu para echar un vistazo.
Teo creyó que se trataba de un nuevo contrato con el que
el letrado quería engañarles, e intentó romperlo. Según su versión,
Txetxu se abalanzó sobre él para evitar que lo destruyera y ambos
cayeron al suelo, Teo sobre Txetxu, golpeándose éste la nuca en el
suelo. Presa de la rabia, volvió a estrellarle la cabeza otras dos o
tres veces. Los forenses determinarán si la versión aportada por el
ganadero es compatible con los hechos, y si el abogado murió a causa del
primer golpe o de los posteriores.
Tras mantener el cadáver oculto toda la noche en un
remolque para caballos en Arza y eliminar posibles pruebas, a la mañana
siguiente lo trasladó hasta La Engaña, a 60 kilómetros de distancia, y
lo abandonó en una grieta natural en un paraje inaccesible, de donde fue
recuperado el miércoles por la noche. (FUENTE: EL CORREO).
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