miércoles, 2 de mayo de 2012

Diagnóstico médico de obras de arte (2/5).

El doctor Francisco Javier Barbado ha puesto al servicio de los pacientes que han pasado por su consulta de medicina interna del Hospital de La Paz de Madrid durante décadas todos sus conocimientos, su experiencia y su humanidad. Pero este médico atiende a otros enfermos, se puede decir que más singulares, a los que somete a la lupa del diagnóstico médico de vez en vez y con mucho gusto. Se trata de personas y personajes retratados en famosas obras de arte, en cuyo análisis es experto. A través de signos como el gesto, la morfología del cuerpo u otros más evidentes, explica en clave científica obras mundialmente conocidas.
Esto puede antojarse una curiosidad, pero no lo es si se tiene en cuenta que el fruto de la pintura de los artistas a través de los siglos es empleada para completar la formación de médicos. El doctor Barbado es, desde 1985, el tutor de docencia de Medicina Interna del citado hospital universitario madrileño. Desde aquel año, se han impartido 1.509 seminarios de sesiones clínicas, de los cuales 25 se han dedicado a la relación entre el Arte y la práctica Médica y en ellos se estudia la pintura y la literatura, por ejemplo.
«No es habitual encontrar esta mezcla en un programa científico, pero ha resultado ser muy útil», puntualiza Barbado. Algunos seminarios docentes han tenido títulos tales como ‘La enfermedad en la pintura de Velázquez’, ‘Un internista visita el Museo del Prado’, ‘La medicina en la historia de la pintura’ o ‘La pintura en la formación del médico’. «Es útil en la formación porque algunos cuadros presentan signos físicos aislados y muchos otros son prototipos, auténticos testigos científicos de una enfermedad y cómo ha evolucionado el tratamiento de ésta en la actualidad». Este experto realiza para Salud Revista.es, desde su experiencia y como valoración personal, el análisis médico de cinco famosas obras que, por el retratado o por lo que ilustra, son paradigmáticas.
2) La mujer barbuda, de José de Ribera
El Virrey de Nápoles encargó pintar a Magdalena Ventura cuando sufrió una masculinización a los 34 años, y después de haber tenido tres hijos, para dejar constancia de lo que se concibió como un «milagro de la naturaleza». Pero esta mujer sufría una tumoración. A pesar de la barba abundante y la calvicie, tuvo una hija, a la que da de mamar en el retrato. Esta transformación puede producirse por un tumor de ovario o ubicado en las glándulas suprarrenales. De ovario no parece tratarse porque este último provoca esterilidad además de hirsutismo, y el cuadro refleja que tuvo un cuarto hijo ya transformada en casi un hombre. En definitiva, se trata de un síndrome adrenogenital que ha dado lugar a una excesiva producción de esteroides sexuales andrógenos (es un hiperandrogenismo). Si se tratara del citado síndrome adrenogenital congénito, que existe, no hubiese aparecido a los 37 años, como en el caso de esta mujer, sino en la pubertad. Estos casos sí se ven en la consulta actualmente, pero solo en niños y niñas. Esta mujer hubiese recuperado los rasgos de su feminidad con la extirpación del tumor. (FUENTE: EL CORREO).

No hay comentarios:

Publicar un comentario