El Ministerio Fiscal ha modificado sus peticiones en la
última sesión de la vista oral por la muerte del joven guipuzcoano a la
salida de una discoteca de Lekunberri en enero de 2010 y pide ahora una
pena de 18 años de prisión para el acusado por un delito de asesinato al
concurrir "claramente" la agravante de alevosía.
En un principio, la representante del Ministerio Público
solicitaba 14 años y seis meses de cárcel para el procesado por la
muerte de Asier Lavandera por un delito de homicidio, pero en sus
conclusiones definitivas ha elevado su calificación a asesinato al
entender que el procesado, S.F.R.S., "fue a matar de una forma
absolutamente sorpresiva y traicionera sin dar a la víctima posibilidad
efectiva de defenderse".
"Asier no tuvo posibilidad de defenderse, el acusado se
le echó encima y no pudo hacer nada. Además le atacó por la espalda
cuando ya estaba herido de muerte", ha sostenido la representante del
Ministerio Fiscal, quien ha incidido en que el procesado "fue a matar".
Por su parte, la acusación particular, ejercida por la
familia, mantiene su pena de 25 años de cárcel por un delito de
asesinato con la concurrencia de "alevosía y ensañamiento", mientras que
la defensa solicita dos años y seis meses de prisión por homicidio y el
internamiento, con las atenuantes de confesión, embriaguez, provocación
y trastorno de personalidad.
«Un conato de altercado»
En sus conclusiones definitivas, la fiscal ha dado por
acreditado que el día de los hechos el acusado acudió junto a unos
amigos a la discoteca de Lekunberri, donde también se encontraba la
víctima. Cuando el local cerró y Lavandera se dirigía junto a unos
amigos al coche se produjo "un conato de altercado" pero "no con el
acusado ni con nadie vinculado a él".
Fue entonces cuando, según la fiscal, la víctima se
dirigió junto a unos amigos a la zona del parking y "ahí apareció en
escena el acusado". Se produjo "una especie de discusión" en la que se
vieron implicados el amigo del acusado con la víctima y el procesado con
el amigo de Lavandera . Este último, testigo "directo" de lo sucedido,
vio cómo Asier dio un puñetazo al amigo del acusado, momento en el que
el procesado sacó una navaja y la exhibió "para clavársela", según la
fiscal.
El amigo de la víctima, ha relatado la fiscal, huyó y el
acusado "se encontró al lado a Asier" a quien "mató, de una forma
absolutamente sorpresiva y traicionera" porque la víctima "no vio la
navaja que le asestó hasta cinco veces". Cuando Asier "ya estaba herido
de muerte, intentó huir y se cayó, como demuestra la herida de la
rodilla", ha argumentado.
En ese momento, ha proseguido la representante del
Ministerio Público, el acusado "se echó encima" de la víctima y le
asestó "otras dos puñaladas para matarlo por la espalda". "Asier quedó
inmóvil en el suelo, inconsciente y boca abajo", ha subrayado la fiscal,
para señalar que entonces fue cuando el acusado "había conseguido su
propósito y huyó del lugar apresuradamente".
«Sin posibilidad de reacción»
Según ha alegado la fiscal, el joven guipuzcoano "no tuvo
ninguna posibilidad de reaccionar ante el ataque del acusado" como
evidencia, ha subrayado, que la víctima "no tenga ninguna herida de
defensa". Además, ha incidido en que la intención del procesado era
"matar" y "eso es lo que hizo, como con los primeros navajazos no le
mato volvió a ir a por él".
En este sentido, la representante del Ministerio Fiscal
ha resaltado que el testimonio del amigo de la víctima que se encontraba
junto a él en el momento que comenzó la discusión con el acusado es una
prueba "fundamental" porque fue "el único testigo directo de los
hechos, el único que lo vio todo".
Ha destacado que su declaración, en la que aseguró que el
acusado persiguió a la víctima después de apuñalarle una primera vez,
fue "clara, sin contradicciones que afecten a lo fundamental, una
"versión que también ha sido corroborada con la prueba del médico
forense, que relató que los navajazos se hicieron en dos momentos
diferentes".
En cuanto a las atenuantes alegadas por la defensa
(confesión, embriaguez, provocación y trastorno de personalidad), la
fiscal ha rechazado todas ellas al entender que las bebidas alcohólicas
"no le influyeron", que confesó los hechos una vez le paró la policía y
que sabía "perfectamente lo que hizo y no se arrepiente". (FUENTE: DIARIO VASCO).
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