
La sesión duró cerca de cuatro horas y a la misma
asistieron varios allegados de Amaia Azkue, entre ellos su viudo, Manu
Aizpurua, así como el hermano de Ander. No hubo sorpresas en los
argumentos de las partes y ahora corresponde al tribunal ratificar o
revocar la sentencia que el pasado 2 de abril dictó el Juzgado de
Menores de San Sebastián, que declaró a Ander E.O., de 18 años, autor de
los delitos de asesinato, robo con intimidación, utilización de
vehículo a motor ajeno, así como de otro delito contra la seguridad
vial. Fue condenado a diez años de internamiento en régimen cerrado y a
cinco más de libertad vigilada, la máxima pena que se puede imponer a un
menor, ya que cuando cometió el crimen tenía 17 años. Además, fue
sentenciado a varias medidas de alejamiento respecto a la familia de la
víctima y también al pago de una indemnización de 922.000 euros.
Joanes Labaien, abogado de Ander, abrió el capítulo de
las intervenciones. El letrado ratificó durante su intervención lo que
ya había argumentado en los cerca de cien folios de los que consta su
recurso. «Hemos mantenido que hay grandes dudas en la cadena de
custodia. Existen unas evidencias que no se han manejado bien».
El abogado restó toda credibilidad a la primera
declaración que Ander prestó. Lo hizo el 17 de agosto, cinco meses
después de que se perpetrara el crimen. El joven se entregó en la
Fiscalía de Gipuzkoa después de haber sido asesorado por un abogado y en
presencia de su padre confesó la autoría del asesinato de Amaia.
Labaien indicó que la versión que ofreció aquel día «no se sostiene, es
increíble hasta el punto de que la propia sentencia no la utiliza para
redactar los hechos probados». El acusado manifestó el día del juicio
que la mañana de autos fue recogido en autoestop en Zarautz por un
hombre que conducía el coche de Amaia. Añadió que este individuo fue
quien mató a la mujer y que le amenazó para que no desvelara nada de lo
acontecido.
Miguel Castells calificó de «absurda y inverosímil» esta
versión. «Ese argumento de que no he sido yo, sino otro, lo estamos
viendo todos los días en casos de delincuencia menor. Sin embargo,
cuando luego hallan ADN no vale con decir que fue el otro. Las coartadas
tienen que probarse. No basta con que uno se invente una y sin que haya
una sola prueba tenga que ser absuelto. Eso nunca ha pasado, nunca
sucede», manifestó Castells.
Evidencias
El abogado de la familia y la fiscal de caso, Catalina
Pedrero, recordaron las evidencias que se hallaron en diferente
escenarios. En este sentido, destacaron la localización dentro del coche
de la fallecida, un Renault Megane de color gris, de muestras de ADN
del acusado en puntos estratégicos, como el volante, el freno de mano y
los mandos de los intermitentes. Todo ello llevó a las acusaciones a
concluir que fue Ander E.O. quien condujo el coche y no esa otra persona
que, según afirmó el acusado, le recogió en autoestop. Igualmente,
incidieron en una de las pruebas de la Ertzaintza, como fue la realizada
sobre el cordón con el que Amaia Azkue fue maniatada y que pertenecía a
una zapatilla de Ander.
La fiscal de caso y los letrados de las acusaciones no
pasaron por alto el informe aportado por Movistar que revela que el día
en el que Amaia fue asesinada, a las 13.34 horas el teléfono del acusado
se activó a través del repetidor que cubre la coordenada que se
corresponde con el punto del pantano donde se encontró su cadáver.
El fallo de la Audiencia de Gipuzkoa se conocerá en los
próximos días. Es probable que la sentencia se notifique antes del
jueves de la próxima semana. Ese día finaliza el plazo en el que Ander
E.O. puede permanecer encerrado. Si antes no hay una sentencia firme, el
joven azpeitiarra deberá ser puesto en libertad. (FUENTE: EL CORREO).
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