Glóbulos rojos hallados en las heridas de Oetzi, también
conocido como 'el hombre de los hielos', que vivió hace 5.300 años,
confirman que murió a causa de un flechazo, según la
revista británica «Journal of the Royal Society Interface».
Oetzi, bautizado así por la región alpina italiana donde
fue encontrado, es la víctima del primer asesinato del que se tiene
constancia científica. Su cuerpo momificado fue hallado en un glaciar
entre Italia y Austria en 1991 y hasta ahora se pensaba que, aunque
resultó gravemente herido por una flecha que le atravesó su espalda, fue
posiblemente rematado de un golpe en la cabeza que le habría causado la
muerte.
Sin embargo, según explicó a Efe Albert Zink, líder del
equipo investigador que trabaja con la momia en Bolzano, el estudio de
los glóbulos rojos confirma que murió debido a los daños graves que la
flecha causó en sus arterias principales. Su edad rondaba los 46 años.
«Sus glóbulos rojos tienen la misma morfología que los
modernos, por lo que sabemos que Oetzi no sufría ninguna enfermedad
derivada de una alteración en ellos. Y nos indican también que la herida
de su espalda era fresca, por lo que murió pocos minutos después de
recibir el impacto de la flecha», aseguró Zink. «Lo más probable es que
muriese en el mismo sitio en el que fue encontrado, porque no tenemos
ninguna prueba de que fuese transportado desde otro lugar».
Estos glóbulos rojos, encontrados en la espalda y en la
mano derecha del 'hombre de los hielos', son además los más antiguos de
los que se tiene constancia. Su hallazgo «fue una gran sorpresa porque
no estábamos seguros de encontrar ninguno. Hemos estado buscándolos
durante casi veinte años y es la primera vez que los vemos», afirmó
Zink.
Nanotecnología
Los glóbulos rojos, las células más abundantes en la
sangre, suelen degradarse muy rápidamente y no aparecieron en los
escáneres previos realizados al cadáver de Oetzi.
Sin embargo, el equipo de Zink analizó muestras de los
tejidos que rodean las dos heridas de Oetzi, una en su mano derecha y
otra en su espalda, con un microscopio de fuerza atómica. Esta
herramienta para la investigación nanotecnológica permite escanear la
superficie de las muestras y distinguir detalles tridimensionales con
una amplificación de varios millones de veces.
Gracias a él descubrieron varias estructuras circulares
que recordaban la forma de los glóbulos rojos y Zink pudo confirmar
mediante una técnica láser la presencia de hemoglobina y otras
proteínas.
Este descubrimiento significa que, además del cadáver,
también se conservó la sangre de Oetzi en buen estado durante más de
5.000 años gracias a las bajas temperaturas reinantes en el glaciar.
Hallado junto con una colección de ropas y armas, Oetzi
ofrece una visión sin precedentes sobre el Neolítico tardío o la Edad
del Cobre y se exhibe desde 1998 en el museo de Bolzano. En febrero
pasado los arqueólogos revelaron su genoma completo. (FUENTE: EL CORREO).
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