La violencia sigue instalada en la sociedad vasca y no
cesa. Al menos esto es lo que se desprende de la memoria anual del
Instituto Vasco de Medicina Legal (IVML), presentada por su
director, Carlos Cubero, y por la viceconsejera de Justicia, María
Victoria Cinto. La lectura del balance genera desazón. Los actividad de
los forenses creció un 22% el año pasado. En total, firmaron 28.284
expedientes, 5.201 más que en 2010. Este importante aumento está en
relación directa con el incremento de los actos más sórdidos, cuyo
esclarecimiento requiere del trabajo de expertos en medicina legal.
Las agresiones sexuales se han disparado un 42% hasta
sumar 296 episodios, frente a los 208 del ejercicio anterior. Esta
tendencia ya se apuntaba en el informe de la Dirección de Víctimas de la
Violencia de Género referido al primer semestre del año pasado, en el
que se recogían 105 denuncias. Los expertos advertían entonces de un
hecho preocupante: uno de cada diez agresores sexuales en Euskadi es
menor de edad. Por ello, planteaban la necesidad de trabajar con la
juventud y de forma específica con los adolescentes para poner freno a
estos comportamientos.
Ahora bien, este crecimiento de los ataques sexuales no
puede considerarse homogéneo en el conjunto del País Vasco. Ha sido
espectacular en Álava, al triplicarse los casos en un solo año (de 25 a
74), mientras que en Bizkaia se ha pasado de 126 a 174 denuncias (un
aumento del 38%). En Gipuzkoa lo que se ha producido es un descenso del
16%: 48 episodios frente a los 57 del año anterior.
La violencia sexual ejercida contra las mujeres es, en
muchas ocasiones, el último escalón de las agresiones machistas, que
también subieron. El informe recoge 1.251 frente a las 810 de 2010. Esta
cifra, sin embargo, no es la real. Los juzgados vascos tramitaron el
año pasado 4.125 denuncias, lo que supone una media de once al día. Un
tercio de estos expedientes estuvo acompañado de un informe del forense.
Un apartado de los comportamientos violentos en el seno
de la familia es el que se refiere a las agresiones entre padres e hijos
o entre hermanos. También han experimentado un aumento importante,
sobre todo en la modalidad de 'presión' psicológica o emocional, frente a
un descenso del maltrato físico. Álava tiene de nuevo el peor registro,
con 61 denuncias, lo que supone un crecimiento del 154%; Bizkaia suma
425 (121%), mientras Gipuzkoa vuelve a situarse en el polo opuesto al
descender la casuística un 27%.
Autopsias y muerte natural
Tanto la viceconsejera de Justicia como el director del
Instituto Vasco de Medicina Legal se congratularon ayer del menor número
de autopsias y necropsias (examen solo externo de un cadáver)
realizadas en los casos de muertes naturales. El año pasado se llevaron a
cabo 386, 110 menos que en el ejercicio anterior. María Victoria Cinto
señaló que esta menor actividad en este campo es fruto del acuerdo
firmado en febrero de 2011 con Osakidetza para coordinar actuaciones.
Añadió, en este sentido, que realizar autopsias ante casos de defunción
«sin interés médico-legal o judicial» supone en cierto modo
desaprovechar «recursos materiales y humanos», además de «una molestia
para los familiares» de los fallecidos.
La actividad de los forenses vascos también ha descendido
-un 4%- a la hora de practicar análisis para determinar la edad penal
de menores inmigrantes llegados al País Vasco sin acompañantes. En total
se hicieron 262 estudios de este tipo. De ellos, más de la mitad (188)
corresponden a Bizkaia, 48 a Álava y solo 26 a Gipuzkoa. (FUENTE: EL CORREO).
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