miércoles, 20 de junio de 2012

Marilyn Monroe no quería morir.

Se acerca el 50 aniversario de la muerte de Marilyn Monroe, pero rara es la semana en la que la ambición rubia no sea noticia. La última surge en España y viene de la mano del televisivo psiquiatra forense José Cabrera, quien concluye en su libro 'CSI: Marilyn (Caso abierto)' que la actriz «no quería morir, de ninguna manera». Una tesis que pone en tela de juicio la versión oficial; que murió de una sobredosis de barbitúricos.
El médico se basa en el material desclasificado en 2011 por el FBI y las charlas de la artista con su psiquiatra. Los días antes de morir, asegura, «no mostraba comportamientos suicidas. Tenía proyectos». Respalda la afirmación el testamento que elaboró un año antes. Algo que no responde a las pautas típicas de los suicidas, que actúan al poco después de firmar.
Entonces, ¿qué pasó? «Mi opinión personal es que fue un accidente», responde. «Nadie la quiso. No tuvo ni padre ni madre. Había vivido en doce orfelinatos. No podía dormir». Todo esto la pudo llevar a excederse con los somníferos. Pero no con la intención de acabar con su vida, porque «era una superviviente».
Cabrera, no obstante, no descarta el asesinato. Muchos eran los peces gordos que estaban interesados en borrarla del mapa. El primero, el director del FBI, el «paranoico» J. Edgar Hoover, que en su afán de proteger EE UU la persiguió sin descanso. Su relación con John F. Kennedy y, en el momento de su fallecimiento, con el hermano de éste, Robert, hacía pensar que tenía más información de la debida. (FUENTE: EL CORREO).

Biografía en Wikipedia: http://bit.ly/NEn1VY

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