Los tatuajes temporales no son tan inofensivos como
parecen. Algunas hennas están adulteradas y pueden producir reacciones
alérgicas en la piel como ampollas graves y, en algunos casos (pocos),
cicatrices después de la curación. Algún enfermo, incluso, se ha tenido
que hospitalizar y ha habido casos aislados de ingreso en la UVI. ¿La
razón? Con la globalización, los tatuajes se ofertan a los turistas en
las playas (e incluso en las piscinas o ferias) de Canarias, Valencia,
Alicante, Creta, Túnez, Marruecos, Australia, California, Egipto, Israel
y Tailandia. El problema viene porque los usuarios no pueden (o
quieren) estar esperando las horas que requiere el tinte para secarse. Y
los tatuadores adulteran ilegalmente la henna con una sustancia ilegal
que reduce el proceso a ¡10 minutos! La alergia no aparece hasta las 24 ó
48 horas, para ese momento ya ha terminado la feria o el turista se ha
marchado, y los estafadores, tan contentos.
Ante la proliferación de este tipo de problemas en
nuestras costas, la Academia Española de Dermatología y Venerología
(AEDV) ha decidido alertar sobre sus peligros, del mismo modo que lo ha
hecho la Academia Americana de Dermatología (AAD) en Australia y
California. La Agencia Española del Medicamento ya realizó un aviso
sobre esta materia hace un tiempo, pero de poca divulgación. Ahora, que
estamos cerca de las vacaciones al sol, es el momento de que todos en
general, y los adolescentes en particular (lo mejores clientes de este
negocio), sepan que pueden no ser tan inocuos como creíamos. Empecemos
por el principio.
¿Qué es la Henna?
Una planta (Lawsonia inermis) que se utilizaba desde antiguo para teñir
el pelo de las momias de los egipcios, y que se usa hoy todavía como
tinte capilar en la cultura hindú e islámica. Para los tatuajes
corporales, se emplea el polvo de la planta mezclado con agua. Se
realiza el dibujo sobre la piel, y hay que dejar la pasta durante 1-4
horas para que se fije el tinte, que se mantendrá 2 ó 3 semanas.
¿Por qué produce las alergias?
«La henna natural es segura», explica Leopoldo Borrego, profesor de
Dermatología de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y miembro
de la AEDV. «Son los tatuadores lo que no siempre lo son. Como a los
turistas no les gusta estar las dos o cuatro horas esperando a que se
seque el tinte (no se pueden bañar, ni cargar con bolsas o mochilas),
algunos la adulteran ilegalmente con parafenilendiamina, una sustancia
que se añade al tinte capilar, y que tarda en secarse 10 minutos.
La parafenilendiamina, que es segura para el pelo, puede
producir reacciones graves cuando se aplica en la piel. Y aquellos
pacientes que se han hecho alérgicos, ya no podrán teñirse el pelo con
los tintes habituales del mercado, no podrán ser peluqueros ni trabajar
en determinadas industrias», advierte el dermatólogo, autor de una tesis
sobre este tinte natural. El empleo de la henna negra (así se llama la
que contiene esta sustancia) está incluso prohibido para personas
lampiñas. «Hay tatuadores temporales que ofrecen tatuajes de una henna
que ni siquiera contiene la planta, sino tintes industriales», añade
este especialista.
¿Cómo saber si están usando una henna tóxica?
Cualquiera que lleve el «apellido» de negra (Black Henne), lo es. Pero
además, hay que desconfiar de las Hennas roja, naranja, ayurvédica, etc.
porque seguro que se les han añadido sustancias, referenciadas o no en
concentración de menos del 3 por ciento. En su uso como tinte capilar
son inocuas para el pelo, pero no lo son para la piel. Lo más seguro es
acudir a un centro. (FUENTE: EL CORREO).
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