El vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y
jefe intercomarcal del PAR en la demarcación, José Antonio Sanmiguel, ha
pedido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de
Calatayud que le tome un cuerpo de escritura para practicar una prueba
pericial caligráfica en el asunto de las multas de tráfico. Su objetivo
es probar que no fue el autor material del informe falso gracias al cual
una multa de tráfico dirigida a él terminó siendo endosada a una mujer
que años atrás había trabajado como prostituta en Calatayud, municipio
en el que Sanmiguel es concejal.
Sanmiguel está imputado en esta
causa junto con tres empresarios locales, un agente de la Guardia Civil
de Tráfico --R. H. I.-- y un ciudadano de origen rumano amigo de este
--N. D.--, que a su vez está encartado en otra causa como presunto jefe
de un grupo de narcotraficantes que operaba desde la whisquería de
Terrer.
La jueza lleva meses investigando la manipulación de
documentos que hizo que sendas multas de radar por exceso de velocidad
impuestas por Tráfico a Sanmiguel y a los industriales terminaron siendo
endosadas a una joven que ahora reside en Valencia y que años atrás
había trabajado en un club de alterne bilbilitano en el que N. D.
actuaba como encargado. Las retiradas de puntos recayeron en la chica,
que se enteró de la suplantación al comunicarle en su banco que no podía
retirar dinero de su cuenta porque Hacienda la había bloqueado por el
impago de alguna multa. La de Sanmiguel sí fue liquidada.
Las
pesquisas, desarrolladas por el Cuerpo Nacional de Policía, apuntaban
inicialmente a R. H. I. --amigo de Sanmiguel desde la infancia-- y a N.
D. como los responsables del chanchullo. El político aseguró en sus
declaraciones que él le había entregado el boletín de sanción al guardia
civil para que le arreglara el problema, y sostuvo que se lo había dado
tras ofrecerse este para quitarle la multa. Paralelamente, otro de los
encartados afirmó que le quitaron la multa tras entregarle el boletín a
un empleado rumano que le había comentado que un compatriota suyo
--identificado luego como N. D.-- tenía mano para arreglar este tipo de
asuntos.
R. H. I. y N. D. negaron esa versión. Y una pericial ha
corroborado su tesis al demostrar que la mano del guardia no redactó
los informes mendaces. Sanmiguel pretende probar que tampoco fue la
suya. En cualquier caso, la instrucción debe determinar quien fue el
autor intelectual del texto. Quién lo ideó. (FUENTE: EL PERIÓDICO DE ARAGÓN).
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