viernes, 30 de marzo de 2012

Prisión incondicional para los acusados de matar al abogado desaparecido Txetxu Ezkerra.

La jueza dictó un nuevo auto de prisión incondicional para los dos ganaderos del Valle de Mena detenidos por la desaparición del abogado de Mungia, Txetxu Ezkerra (ver también http://bit.ly/H2zqsL).
Tras llamarles de nuevo a declarar. T.B.B. y su hermano J.B.B., que no respondieron a las preguntas, permanecerán en la prisión de Basauri donde estaban encarcelados desde el pasado 12 de marzo. La magistrada esperaba a conocer el resultado de unas pruebas genéticas que se estaban realizando en el laboratorio de la Ertzaintza.
Según ha podido saber este periódico, los investigadores cuentan con muestras de sangre encontradas en el mango de una azada y en el filo de un hacha que habrían cotejado con resultado positivo con el perfil genético del desaparecido. Estas herramientas fueron decomisadas en el registro al vehículo del pequeño de los ganaderos, un 'Land Rover Discovery' tras la detención, el pasado día 9 de marzo. Otros restos de sangre, hallados en un teléfono móvil y en prendas de ropa, habrían dado negativo.
Txetxu Ezkerra, de 49 años y con domicilio en la urbanización La Bilbaína de Mungia, permanece desaparecido desde el pasado 15 de febrero. Esa noche, su coche, un todoterreno 'Toyota Land Cruiser', apareció calcinado junto al cementerio de Laukiz, a seis kilómetros de Mungia. Un hermano del abogado encontró un zapato de Ezkerra al día siguiente en el mismo lugar.
Móviles en el mismo área
Ese día, el letrado vizcaíno pasó la mañana con el mayor de los ganaderos entre Villarcayo y Villasana de Mena (Burgos), donde ambos comieron en el restaurante Cuatro. Los hermanos eran clientes de Ezkerra, que les había prestado una importante cantidad de dinero para comprar un terreno en un pueblo abandonado donde pastaban sus vacas. Después de comer, tomaron un café en el bar El Paso. El abogado llamó a un amigo a las tres de la tarde y le dijo que «en una hora u hora y diez minutos» estaría en la plaza Campuzano de Bilbao, pero nunca llegó. A partir de ese momento nadie le ha vuelto a ver.
La Policía autonómica dispone además de un vídeo tomado aquella tarde por varias cámaras de tráfico en el corredor del Kadagua en el que se ve circulando seguidos a dos todoterrenos de los mismos modelos que el de uno de los ganaderos y el del abogado, aunque no quiénes los ocupan. Además, los teléfonos móviles de los detenidos y el del letrado se sitúan a lo largo de la tarde en un mismo área, en la zona de Artziniega, próxima al municipio de Arza, donde viven los ganaderos, según el estudio realizado por la Ertzaintza del tránsito de llamadas y los repetidores que se activaron. A partir de las siete de la tarde, el móvil de Txetxu se apagó, y el de alguno de los dos hermanos se situó en una zona más cercana a Bizkaia. Mientras, la Guardia Civil lleva días rastreando montes en la zona de Villasana de Mena.
Txetxu Ezkerra, gran aficionado a la caza, conoció a los dos hermanos ganaderos hace un año cuando les pagó para que le despiezaran una ternera que había comprado para carne. El abogado ya tenía un amplio listado de clientes en la zona norte de Burgos. Él les llevó algún asunto relacionado con una finca y la compra de más de 250 hectáreas de terreno en Berrandulez, donde ellos eran propietarios de una pequeña parte. Entre los dos ganaderos, cuentan con 700 vacas y yeguas. Solían desplazarse a caballo desde su casa hasta allí por un camino mucho más corto que si lo hicieran en coche.
El letrado les había dejado dinero para que los dos hermanos adquirieran el terreno gracias al derecho al retracto, terreno al que también aspiraba un constructor de la zona. De hecho, el pleito sigue abierto. El día 20 de enero depositó en el juzgado de Villarcayo medio millón de euros, en metálico y en cheques. Según se comenta en el Valle de Mena, el profesional vizcaíno pensaba dedicar los terrenos a coto de caza y no descartaba revenderlos para hacer «negocio», algo que, de haberlo sabido, podía haber molestado a los ganaderos.(FUENTE: EL CORREO).

No hay comentarios:

Publicar un comentario