Ya no hay más puertas donde llamar en busca de
indulgencia. María Soledad E.H. irá a la cárcel por apalear a una
maestra de su hija pequeña en el colegio bilbaíno de Txurdinaga. La
Audiencia de Bizkaia comunicó ayer su resolución sobre el recurso que
había presentado la acusada después de que en primera instancia fuese
declarada culpable de un delito de lesiones, otro de atentado contra la
autoridad y una falta de amenazas. Y el fallo de los magistrados, que no
es recurrible, lo deja claro: la condena a tres años de cárcel, lo que
supondrá su ingreso efectivo en prisión.
Ahora, según explican fuentes jurídicas, el asunto pasa a
la unidad de ejecución penal, que deberá localizar a María Soledad o,
en su caso, ponerla en busca y captura, un paso este que con toda
probabilidad será innecesario por el arraigo de la condenada en Bilbao.
Además, deberá resolverse el aspecto social del asunto, ya que la mujer
tiene dos hijos menores de edad.
Es la primera vez que en Euskadi se fija una pena de tal
calibre por agredir a un docente, aunque en otras comunidades españolas
ya hay precedentes. El Departamento vasco de Educación mostró su
«satisfacción» por la resolución ya que, a juicio de la viceconsejera de
Administración y Servicios, Marisol Esteban, «tiene que quedar claro
que ninguna agresión a un docente quedará impune, y que en caso de
producirse actuaremos con toda la contundencia de nuestros servicios
jurídicos». Además, la sentencia confirma que «no sólo pueden tener la
consideración de autoridad pública las fuerzas y cuerpos de seguridad,
sino que también la tienen, en el ejercicio de sus funciones, los
empleados públicos de la educación, la sanidad y los servicios
sociales».
Cuando María Soledad ingrese en prisión, algo que
ocurrirá en breve, se pondrá fin a una historia que comenzó el 4 de
febrero de 2009. Aquel día, a las 11.45 horas, en el colegio de
Txurdinaga, varios alumnos de Infantil (de tres a seis años) estaban en
el patio. Entre ellos, la hija de la ahora condenada. María Soledad
trató de darle un huevo de chocolate a la niña, lo que provocó la
intervención de la profesora Concepción P.S., quien le dijo que no podía
ni estar ahí ni dar alimentos a la pequeña porque iba contra las normas
del centro (por ejemplo, para evitar problemas con niños alérgicos). La
madre hizo caso omiso, insistió, la maestra volvió a recriminarle su
actitud y, finalmente, llegó la agresión. La docente recibió tirones de
pelo, puñetazos y patadas -incluso estando ya derribada en el suelo- al
grito de «¡hija de puta, cabrona, te voy a matar!».
El ataque, además de una abundante colección de
hematomas, le provocó lesiones óseas que la mantuvieron dos meses de
baja, necesitó rehabilitación y, como secuelas, le queda dolor en un
dedo y coccigodinia (dolor en el coxis).
Con antecedentes
El proceso judicial fue bastante accidentado porque la
acusada no compareció a varias vistas y fue necesaria la intervención
policial para que finalmente se personase en el juzgado de lo Penal
número 4 de Bilbao. Los servicios jurídicos del Gobierno vasco y el
Ministerio Fiscal coincidieron en pedir una pena ejemplar que,
finalmente, llegó en octubre. Luego, la defensa presentó el recurso ante
la Audiencia, cuyo fallo se conoce ahora.
Los magistrados modifican levemente el fallo emitido en
primera instancia al reducir la pena de tres años y tres meses a tres
años al aplicar un criterio diferente a la hora de sumar las condenas
por los delitos cometidos. Además, aprecia reincidencia en lo referido a
atentando contra la autoridad (María Soledad ya había sido condenada en
2006), pero no en cuanto al delito de lesiones, como pedía la
acusación. En cualquier caso, la condenada irá a prisión y, además,
deberá indemnizar a la maestra con 5.089 euros. (FUENTE: EL CORREO).
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