La asociación SOS Bebés Robados se concentró en
Bilbao para protestar por la decisión de los jueces de dar carpetazo a
un total de cuatro denuncias en Bizkaia durante las dos últimas semanas
por considerar que los presuntos delitos han prescrito. Tal medida ha
sido muy criticada por el colectivo ya que considera que lo que se está
juzgando es «un crimen de lesa humanidad» y que sus familiares «aún
están vivos». La agrupación denuncia además que la decisión va en contra
del criterio de la Fiscalía Superior del País Vasco, quien afirma que
en este asunto «no existe prescripción alguna». También diferenciaron
estos archivos de otros provisionales por falta de pruebas, ya que en
este último caso se puede continuar la investigación si hay nuevos
indicios.
Durante la concentración, que tuvo lugar frente a los
juzgados de la capital vizcaína y que fue apoyada por más de cincuenta
personas, se instó a investigar hasta el final todas las acusaciones. La
presidenta de SOS Bebés Robados, Flor Díaz, aprovechó la presencia de
los medios para poner en entredicho la prometida ayuda institucional.
«Seguimos sin saber dónde están los historiales médicos y los legajos de
abortos», denunció . «Además, los cementerios están poniendo
impedimentos a la hora de facilitar documentación».
Mientras que sólo en Euskadi se han presentado más de 200
denuncias -123 en Gipuzkoa, 48 en Bizkaia y 31 en Álava-, en toda
España la cifra sobrepasa las 1.300. Sin embargo, la agrupación apuntó
que «su número no para de crecer». En este sentido, el fiscal general
del Estado, Torres Dulce, anunció ayer el nombramiento de un «fiscal de
coordinación» que dé respuesta a las demandas de las familias afectadas
por el robo de niños durante el franquismo. De esta forma, se pretende
unificar las diligencias abiertas por las distintas acusaciones del
Estado y canalizar todo de una forma mejor. « Se trata de despejar
cualquier duda a la ciudadanía ante actividades delictivas que en el
pasado puedan haber producido estos desgarros familiares absolutamente
intolerables», afirmó Torres Dulce.
«No pudimos ver el cuerpo»
Maite Aira fue una de las personas que se sumó a la
protesta de ayer. Su hermano presentó una de las más de 200 denuncias
interpuestas en Euskadi por este asunto, pero también ha sido archivada.
Aira explicó como en 1980, cuando su hermano y su novia eran menores de
edad, tuvieron un hijo en el hospital de Basurto. «Fue todo muy
extraño. Aunque mi hermano mantiene que el bebé parecía sanísimo, a los
cinco días les dijeron que murió, pero no pudieron ver el cadáver»,
explicó. «Su nacimiento no figura en el registro porque les recomendaron
inscribirlo como muerto con el argumento de que no iba a sobrevivir»,
recordó. «Cada vez tenemos más claro que ese niño salió vivo del
hospital», defendió Maite Aira.
Durante la protesta, los participantes desplegaron varias
pancartas en las que se leía 'No más casos prescritos. No queremos caer
en el olvido'. Los asistentes también corearon diversos lemas, entre
ellos «Los hijos viven, los casos no prescriben» e «Investigación, no a
la prescripción». (FUENTE: EL CORREO).
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