Identifican al 'Apocephalus borealis'
como el agente que desorienta a estos himenópteros hasta causarles
la muerte
Un equipo de
investigadores ha detectado un parásito de este insecto que hace que
las abejas domésticas, las productoras de miel y cera, abandonen sus
colmenas, se desorienten y acaben muriendo.
A esa conclusión ha llegado una
investigación publicada en la última edición de la revista 'PLoS
ONE' y realizada por científicos de la Universidad de San Francisco.
Según los entomólogos, este parásito
de la mosca podría ayudar decisivamente en el avance de los estudios
para determinar las causas de la desaparición masiva de las abejas,
un fenómeno conocido como «desorden de colapso de colonia o CCD»
que amenaza a millones de colmenas.
Esta misteriosa y progresiva extinción,
que comenzó en 2006, ha diezmado las poblaciones de abejas de
colmena en Estados Unidos, una pérdida sumamente grave ya que estos
insectos himenóperos contribuyen a preservar las cosechas que
dependen de su polinización.
Esas producciones, en especial las
frutas y ciertas legumbres, suponen ventas de 15.000 millones de
dólares al año y representan un tercio de la alimentación humana a
nivel mundial.
El importante papel de la abeja en la
polinización de diversas especies vegetales de consumo humano no
pasó desapercibida para Albert Einstein, quien llegó a aseverar:
«Si desaparecieran de la Tierra, al hombre sólo le quedarían
cuatro años de vida».
Hasta ahora, el parásito de la mosca
responsable de esta mortandad, denominado 'Apocephalus borealis', se
ha encontrado únicamente en las abejas domésticas en los estados de
California y en Dakota del Sur, según precisó John Hafernick,
profesor de biología en la Universidad de San Francisco, uno de los
autores de esta investigación.
No obstante, Hafernick también
advirtió sobre el riesgo de que se trate de un parásito emergente
que «podría amenazar las colmenas de todo Estados Unidos debido al
gran número de territorios que atraviesan los apicultores
profesionales con sus colmenas para polinizar las cosechas».
Atraídas por la luz
La infección de una colmena comienza
cuando una mosca deposita sus huevos en el abdomen de una abeja. Una
vez infectada por estos parásitos, las abejas abandonan sus colmenas
para reunirse cerca de fuentes de luz.
«Hemos observado que las abejas
infectadas comienzan a dar vueltas, sin ningún sentido de la
orientación», explicó Andrew Core, investigador de la Universidad
del Estado en San Francisco, principal autor de estos estudios. «La
mayoría de las abejas mueren normalmente en el lugar donde se
detienen, y a veces se acurrucan antes de morir», describió Core. (FUENTE: AGENCIAS).
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