miércoles, 11 de enero de 2012

Detalles de la investigación: el pesquero "Motxo" zozobró por un error humano.


La falta de una vigilancia eficaz en la navegación fue la causa más probable del accidente que el 4 de noviembre de 2010 sufrió el 'Motxo', pesquero de Bermeo que embarrancó en la Rasa Mareal de Deba con nueve hombres a bordo. «En el momento del accidente, el patrón al mando y única persona en el puente llevaba once horas de guardia, por lo que es probable que su estado fuese de cansancio, aburrimiento o distracción», según se indica en el informe hecho público ayer por los expertos de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), un organismo dependiente del Ministerio de Fomento.
La investigación pone término a no pocas elucubraciones sobre las causas del naufragio. Descarta que el 'Motxo' estuviese pescando en el biotipo de la rasa mareal, tal como se indicó en las horas posteriores al suceso. En realidad, la causa probable del siniestro fue «la falta de vigilancia durante la guardia», así como «la posible desorientación respecto a la posición real del buque», circunstancias calificadas por los expertos de «errores humanos» que quizá se debieron a «la situación de falsa seguridad que puede provocar la rutina en las guardias, así como el cansancio acumulado en las mismas al haber estado el patrón al mando once horas».
El informe de Fomento detalla que el 'Motxo' partió de Bermeo a las 18.00 horas, pertrechado con dos redes para la pesca de cerco. Sobre las tres y media de la madrugada, el segundo patrón abandonó el puente para dirigirse al camarote. A partir de ese momento le relevó el patrón principal. Hasta entonces, el 'Motxo' había buscado pesca entre Bermeo y Ondarroa a una distancia de la costa de entre 1,5 y 2 millas.
El primer aviso del siniestro se recibió a las 4.52 horas en SOS-Deiak. Un buque no identificado pidió ayuda para el pesquero, que se hallaba en clara deriva hacia las rocas. A los dos minutos, otro pesquero avisó de que la embarcación estaba con la red largada y se dirigía hacia el litoral. El accidente se produjo poco después, en la zona de especial protección marítima. El 'Motxo' quedó apoyado sobre su quilla con una pequeña escora a estribor y las luces encendidas. Luego quedó sin iluminación en cubierta, lo que obligó a la tripulación a utilizar el alumbrado de la embarcación auxiliar.
La llamada de alerta movilizó a un helicóptero y varias embarcaciones de Salvamento Marítimo y Cruz Roja. Los cuatro primeros tripulantes fueron evacuados en el helicóptero a las 6.40 horas. A continuación, el aparato regresó en busca de los otros cinco marineros, que fueron trasladados al aeropuerto de Hondarribia.
El patrón declaró que no fue consciente de la posición del buque ni de la proximidad de la costa hasta poco antes de embarrancar. Intentó virar a babor, pero el fuerte oleaje y las rompientes le impidieron salir a mar abierto.
Vigilancia ineficaz
Según el informe de Fomento, el barco no estaba faenando, pues llevaba unos elementos que se denominan «jaretas» montados en las «maquinillas» y navegaba a una velocidad de entre 6 y 7 nudos. La explicación de que otro barco comunicase que el 'Motxo' tenía la red largada reside en la virada que este último efectuó para evitar las rocas, maniobra que lo dejó atravesado. En tal posición recibió varias olas que arrojaron al agua «las redes de cerco que estaban estibadas en la banda de babor, desde el centro hasta la popa del buque y separadas por una cartola».
Tras analizar esas circunstancias, Fomento concluye que «la vigilancia en el buque no fue eficaz» y que los avisos de socorro no se realizaron con arreglo al procedimiento habitual. Detalla que, dos horas antes del siniestro, el pesquero había mantenido un rumbo constante paralelo a la costa, pero al final se fue acercando progresivamente a ella sin que se corrigiera la deriva. Los acantilados eran especialmente oscuros vistos desde el mar y, además, la visibilidad era reducida a causa de los bancos de niebla.
Los expertos aseguran que, si bien el barco estaba dotado de equipos radioeléctricos y de radionavegación «suficientes», no se utilizaron adecuadamente. Tampoco les parece verosímil la versión del patrón de que una gran ola arrojó las redes al agua, de manera que se engancharon en la hélice y el pesquero se quedó sin propulsión.
Según el informe, los daños que se apreciaron en los bordes de las palas de la hélice no pudieron producirse si estaba detenida. Igualmente, recuerdan «no existían trazas de las redes ni en el eje ni en las palas»; y añaden que la orientación de la mar de fondo respecto al rumbo de navegación «no propiciaba que se enredasen las redes».
«Las causas más probables de la parada del motor fueron los golpes de la hélice contra el fondo y la falta de refrigeración, al no poderse aspirar agua de mar con caudal regular y suficiente después del accidente», concluye Fomento.(FUENTE: EL CORREO).

Nota: la Rasa Mareal tiene una importancia geológica de primer orden, de ahí la inclusión de la etiqueta "Ecología".

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