La falta de una vigilancia eficaz en la
navegación fue la causa más probable del accidente que el 4 de
noviembre de 2010 sufrió el 'Motxo', pesquero de Bermeo que
embarrancó en la Rasa Mareal de Deba con nueve hombres a bordo. «En
el momento del accidente, el patrón al mando y única persona en el
puente llevaba once horas de guardia, por lo que es probable que su
estado fuese de cansancio, aburrimiento o distracción», según se
indica en el informe hecho público ayer por los expertos de la
Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes
Marítimos (CIAIM), un organismo dependiente del Ministerio de
Fomento.
La investigación pone término a no
pocas elucubraciones sobre las causas del naufragio. Descarta que el
'Motxo' estuviese pescando en el biotipo de la rasa mareal, tal como
se indicó en las horas posteriores al suceso. En realidad, la causa
probable del siniestro fue «la falta de vigilancia durante la
guardia», así como «la posible desorientación respecto a la
posición real del buque», circunstancias calificadas por los
expertos de «errores humanos» que quizá se debieron a «la
situación de falsa seguridad que puede provocar la rutina en las
guardias, así como el cansancio acumulado en las mismas al haber
estado el patrón al mando once horas».
El informe de Fomento detalla que el
'Motxo' partió de Bermeo a las 18.00 horas, pertrechado con dos
redes para la pesca de cerco. Sobre las tres y media de la madrugada,
el segundo patrón abandonó el puente para dirigirse al camarote. A
partir de ese momento le relevó el patrón principal. Hasta
entonces, el 'Motxo' había buscado pesca entre Bermeo y Ondarroa a
una distancia de la costa de entre 1,5 y 2 millas.
El primer aviso del siniestro se
recibió a las 4.52 horas en SOS-Deiak. Un buque no identificado
pidió ayuda para el pesquero, que se hallaba en clara deriva hacia
las rocas. A los dos minutos, otro pesquero avisó de que la
embarcación estaba con la red largada y se dirigía hacia el
litoral. El accidente se produjo poco después, en la zona de
especial protección marítima. El 'Motxo' quedó apoyado sobre su
quilla con una pequeña escora a estribor y las luces encendidas.
Luego quedó sin iluminación en cubierta, lo que obligó a la
tripulación a utilizar el alumbrado de la embarcación auxiliar.
La llamada de alerta movilizó a un
helicóptero y varias embarcaciones de Salvamento Marítimo y Cruz
Roja. Los cuatro primeros tripulantes fueron evacuados en el
helicóptero a las 6.40 horas. A continuación, el aparato regresó
en busca de los otros cinco marineros, que fueron trasladados al
aeropuerto de Hondarribia.
El patrón declaró que no fue
consciente de la posición del buque ni de la proximidad de la costa
hasta poco antes de embarrancar. Intentó virar a babor, pero el
fuerte oleaje y las rompientes le impidieron salir a mar abierto.
Vigilancia ineficaz
Según el informe de Fomento, el barco
no estaba faenando, pues llevaba unos elementos que se denominan
«jaretas» montados en las «maquinillas» y navegaba a una
velocidad de entre 6 y 7 nudos. La explicación de que otro barco
comunicase que el 'Motxo' tenía la red largada reside en la virada
que este último efectuó para evitar las rocas, maniobra que lo dejó
atravesado. En tal posición recibió varias olas que arrojaron al
agua «las redes de cerco que estaban estibadas en la banda de babor,
desde el centro hasta la popa del buque y separadas por una cartola».
Tras analizar esas circunstancias,
Fomento concluye que «la vigilancia en el buque no fue eficaz» y
que los avisos de socorro no se realizaron con arreglo al
procedimiento habitual. Detalla que, dos horas antes del siniestro,
el pesquero había mantenido un rumbo constante paralelo a la costa,
pero al final se fue acercando progresivamente a ella sin que se
corrigiera la deriva. Los acantilados eran especialmente oscuros
vistos desde el mar y, además, la visibilidad era reducida a causa
de los bancos de niebla.
Los expertos aseguran que, si bien el
barco estaba dotado de equipos radioeléctricos y de radionavegación
«suficientes», no se utilizaron adecuadamente. Tampoco les parece
verosímil la versión del patrón de que una gran ola arrojó las
redes al agua, de manera que se engancharon en la hélice y el
pesquero se quedó sin propulsión.
Según el informe, los daños que se
apreciaron en los bordes de las palas de la hélice no pudieron
producirse si estaba detenida. Igualmente, recuerdan «no existían
trazas de las redes ni en el eje ni en las palas»; y añaden que la
orientación de la mar de fondo respecto al rumbo de navegación «no
propiciaba que se enredasen las redes».
«Las causas más probables de la
parada del motor fueron los golpes de la hélice contra el fondo y la
falta de refrigeración, al no poderse aspirar agua de mar con caudal
regular y suficiente después del accidente», concluye Fomento.(FUENTE: EL CORREO).
Nota: la Rasa Mareal tiene una importancia geológica de primer orden, de ahí la inclusión de la etiqueta "Ecología".
No hay comentarios:
Publicar un comentario