La introducción del ADN en las investigaciones policiales supuso un
vuelco importantísimo que no sólo ha llevado a la cárcel a numerosos
criminales, sino que también ha hecho justicia con aquellos que eran inocentes.
En nuestro país, el caso sin duda más paradigmático fue el de Dolores
Vázquez y Tony King, acusados ambos de la muerte de la joven de Mijas
Rocío Wanninkhof. Sin embargo, la primera fue inocente y el segundo era
culpable.
Es este sin duda uno de los casos criminales más increíbles de la historia negra de nuestro país.
En marzo de 2003, cuatro años después de que el caso de la joven Rocío
Wanninkhof se cerrara con la encarcelación de Dolores Vázquez en una
historia que hizo correr ríos de tinta, aparecía el cuerpo sin vida de
la joven Sonia Carabantes en un descampado. Entre sus uñas había restos
de tejido del presunto asesino. El ADN determinó que estos
restos tenían el mismo perfil genético que el hallado en la saliva de
una colilla Royal Crown que estaba junto al cadáver de Rocío Wanninkhof, cuatro años antes. Y esto hizo que ambos casos dieran un giro de 180º.
La tarde del 9 de octubre de 1999 fue la última en la que se vio con vida a Rocío Wanninkhof, una joven de 19 años que residía en Mijas junto a su madre, Alicia Hornos y su hermana.
En la casa había habido hasta hacía poco una cuarta persona: Dolores
Vázquez, una mujer amante de la madre de Rocío y que, al parecer, no
acababa de encajar con la joven.
El 2 de noviembre, el cadáver de
Rocío fue encontrado, totalmente desnudo, en una zona de bosque bajo
entre Marbella y San Pedro de Alcántara. Había recibido numerosas
puñaladas. Dolores Vázquez pronto fue señalada por la opinión pública.
La historia lo tenía todo: celos, una historia de amor homosexual
truncada, una joven guapa y de éxito, una madre que nunca se escondió de
la prensa...
Dolores Vázquez acabó siendo detenida y acusada del asesinato, sin que hubiera una sóla prueba concluyente de su participación en el mismo.
Tampoco había pruebas circunstanciales de que la noche de la
desaparición de Rocío, Dolores hubiera podido actuar. A pesar de todo,
en septiembre de 2001 Dolores Vázquez fue declarada culpable del asesinato, y condenada a 15 años de prisión. El jurado popular se limitó a ratificar las conclusiones del Ministerio Fiscal.
Sonia Carabantes
Con
Dolores Vázquez en la cárcel, poco a poco el caso de Rocío se fue
olvidando. Sin embargo, en 2003 la desaparición y muerte de Sonia
Carabantes lo cambió todo. La joven desapareció en agosto de ese año en la localidad malagueña de Coín, muy cerca de Mijas. Cinco días después, fue hallada muerta. Habría sido brutalmente golpeada y estrangulada.
Al paracticarle la autopsia, los forenses encontraron restos de piel en las uñas de Sonia. Podrían ser restos del asesino que quedaron entre las uñas de Sonia al tratar la joven de defenderse. Los análisis revelaron un dato increíble:
el ADN de estos restos coincidía con el del hallado en una colilla de
Royal Crown que se encontró en el lugar donde fue encontrado el cadáver
de Rocío Wanninkhok, cuatro años antes. Y no eran de Dolores Vázquez.
Tony King (en la foto).
Las
nuevas revelaciones, que hicieron saltar por los aires todas las
hipótesis e investigaciones policiales, pronto fueron conocidas por la
opinión pública. Los datos, conocidos ya a través de la prensa, hicieron a una mujer denunciar al que en 1999 era su marido.
Cecilia Pantoja ponía en conocimiento de la Guardia Civil que, en su
día, tuvo sospechas de que el que entonces era su marido, el británico
Tony Alexander King, podría haber estado involucrado en la muerte de
Rocío.
King fue detenido en septiembre de 2003; su ADN coincidía con el hallado en las uñas de Sonia Carabantes y en el cigarrillo Royal Crown, junto al cadáver de Rocío. Se le acusa de la muerte de Sonia y confiesa el asesinato de Rocío.
Pero
Dolores Vázquez seguía en prisión. Ya en marzo de 2003, el Tribunal
Supremo había ratificado la anulación del primer juicio por la muerte de
Rocío por falta de motivación en el veredicto y
ordenaba la repetición del mismo. Señalado para el 14 de octubre de ese
mismo, tras los acontecimientos de septiembre la Fiscalía lo deja en
suspenso.
Dolores Vázquez quedó finalmente exonerada de toda culpa, y Tony King fue condenado a 19 años de prisión por la muerte de Rocío y a 36 años por la de Sonia,
en sendos juicios en los que quedó acreditado que el británico es un
psicópata sexual que podría volver a matar cuando salga de la cárcel.
En Campo de Criptana (Ciudad Real), el ADN logró detener al asesino
El
17 de marzo de 2001, Inmaculada Arteaga, de 14 años, había quedado con
una amigas, pero nunca llegó a su cita. Su cadáver fue encontrado en una
cuneta a las afueras del pueblo al día siguiente. Exactamento cinco
años después, su asesino era detenido. Se trataba de Santiago M.Q., un joven de 25 años al que delató el ADN.
Y todo sucedió gracias a las pruebas masivas de ADN que se hicieron
meses antes de la detención a más de 2.000 jóvenes vecinos de la
localidad. La investigación recibía asíun impulso definitivo. (FUENTE: TEINTERESA.ES).
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