Menos porros pero más borracheras y más botellón. Esa
podría ser una de las conclusiones, de trazo grueso, del informe
'Euskadi y Drogas 2012', presentado ayer oficialmente en la comisión de
Sanidad del Parlamento Vasco por la directora de Salud Pública y
Adicciones, Miren Dorronsoro. El exhaustivo estudio, que sirve de
fotografía para orientar las políticas en materia de adicciones,
constata un cambio en los patrones de consumo tanto de drogas legales
como ilegales, principalmente motivado por los efectos de la crisis
económica.
De forma generalizada, el año pasado bajaron los consumos
de alcohol, tabaco y de todas las drogas ilegales, salvo la heroína. El
comportamiento observado con el alcohol es uno de los más llamativos. No
hay más consumidores de alcohol habituales. De hecho desde 2006 se ha
reducido «significativamente» la proporción de personas que beben todos
los días, pero, en contraste con esa buena noticia, se ha abierto un
nuevo frente con el repunte de consumidores excesivos (beber en un día
entre 65 y 120 gramos de alcohol) y de riesgo (más de 120 gramos), tanto
los días laborables como los fines de semana, con especial preocupación
en el caso de los jóvenes.
Aunque parezca una contradicción con la tendencia a la baja
del consumo de alcohol, entre 2010, año del último estudio, y 2012 se
han producido más borracheras. Según los datos, el 2,5% de la población
vasca (cerca de 40.000 personas) realiza consumos excesivos o de riesgo
en los días laborables y casi el 70% no bebe alcohol entre semana. El
porcentaje puede considerarse «muy elevado», alerta el informe, puesto
que sólo en 1992 este tipo de bebedores superó el 2% de toda la
población. En el otro extremo, el porcentaje de personas consideradas
poco bebedoras se mantiene estable en torno al 8%, si bien se produce un
importante incremento entre 2010 y 2012. En todo caso, el porcentaje de
población que no bebe o casi no bebe entre semana se mantiene
relativamente estable en torno al 90% de la población.
Las alarmas se encienden cuando llega el fin de semana. Un
11% de la población admite hacer un consumo excesivo o de riesgo, lo que
equivale a unos 187.000 vascos. Entre los jóvenes de 15 a 24 años, la
proporción es del 25%. Tan preocupante como la cifra es el hecho de que
desde hace una década no se observaba ese volumen, «un repunte puntual»
que no impide, en cualquier caso, que esta tasa se mantenga en
posiciones intermedias si se observa su evolución, es decir, «alejadas
de los mínimos registrados a finales de los 90 y principios de los 2000
como de los máximos registrados a principios de los 90 y a mediados de
la primera década de este siglo», precisa el informe.
Una práctica semanal
Los jóvenes hacen más botellón que hace dos años. El
informe se limita a ofrecer un aluvión de datos, obtenidos de una
encuesta a 2.007 personas de entre 15 y 74 años, y no entra a valorar
las posibles causas del repunte de este fenómeno que parecía desterrado
de las calles, pero los expertos ya se temían que la crisis viniera
acompañada de un resurgimiento de esta práctica. Con respecto a 2010 la
proporción de jóvenes que afirman hace botellón al menos una vez al mes
pasa del 14,1% al 17,4%, mientras que el porcentaje que sostiene
practicarlo todas o casi todas las semanas lo hace del 3,7% al 5,1%.
La evolución del consumo de tabaco no depara tantas
sorpresas y continúa con su senda descendente, de forma «lenta pero
gradual», señaló la directora de Salud Pública. Miren Dorronsoro se
mostró firme en la lucha antitabaco y, ya en el turno de respuestas a
los grupos parlamentarios, señaló que seguirán combatiendo el humo del
tabaco en los espacios donde todavía tiene presencia, en concreto citó a
los estadios de fútbol, donde intentarán «corregir los consumos de
tabaco», a través de campañas de información y concienciación, pero no
con una política sancionadora, precisaron fuentes del Departamento de
Salud.
No se quitará ojo tampoco al consumo de cannabis porque, a
pesar de que las tasas de consumo experimental han caído un 20% hasta
niveles del año 2000, Euskadi sigue estando entre las regiones y países
de la Unión Europea con mayores tasas de consumo de esta sustancia. La
encuesta revela además que las sustancias ilegales como la cocaína y las
anfetaminas pierden presencia en Euskadi, no así la heroína. Como
contrapartida, Dorronsoro advirtió del peligro emergente de las drogas
sintéticas, que se venden a través de internet o en el mercado negro,
una nueva batalla que comparten todos los países de la UE.
Una de las novedades del estudio ha sido la inclusión por
primera vez de datos sobre las adicciones a los juegos de azar y a
internet. El 53% de los encuestados reconoce su afición a las loterías,
quinielas y otras apuestas similares. El 72% utiliza internet y, de
ellos, el 3% está conectado durante cinco horas o más, fuera del trabajo
o del estudio. (FUENTE: EL CORREO).