La débil luz que arroja sin descanso desde 1901 la
vetusta bombilla que cuelga del techo de la estación de bomberos de
Livermore sigue atrayendo riadas de turistas a esta pequeña localidad
californiana. Hace trece años, Benito Muros (Córdoba, 1961) fue uno de
los que se sintió cegado por este símbolo de la resistencia eléctrica y
empezó a investigar sobre lo que se conoce como 'obsolescencia
programada', o la planificación por parte del fabricante de la vida útil
de cualquier aparato. Se rodeó entonces de un nutrido grupo de
ingenieros en una aventura que hace un año concluyó con el alumbramiento
de la bombilla eterna, que puede llegar a funcionar sin problemas más
de un siglo.
Cuando presentó su línea de iluminación a un concurso de
la Generalitat de Cataluña todo dio un giro digno de vertebrar el
argumento de un 'thriller': amenazas contra su vida y la de su familia,
chantajes, campañas de desprestigio e, incluso, una invitación para ir a
París a recoger un maletín atiborrado de euros a cambio de retirar su
tecnología. Lejos de amilanarse, Muros lo puso en manos de la Policía y
sigue adelante con sus trabajos en este campo.
- La próxima bombilla que se cambie en su casa será cosa de sus nietos o de los hijos de estos.
- Hemos conseguido que tengan una vida indeterminada. Con
un uso normal puede durar más de 100 años. La garantía es de un cuarto
de siglo funcionando 24 horas al día. Fue por poner un número pero podía
haber sido mayor.
- La nevera solo tiene seis años y ya hace un ruido más que sospechoso. ¿Qué le ocurre?
- Todos los electrodomésticos nacen con fecha de
caducidad. Entre cuatro y ocho años de vida. No mucho más. Sin embargo,
un frigorífico de los antiguos aguantaba tres décadas. Con la tecnología
actual, sin obsolescencia programada, debería vivir hasta 70 u 80 años.
- ¿ Dónde está el origen del problema?
- En la revolución industrial. Antes se fabricaba para
vender en el barrio o en tu misma ciudad. Había contacto personal con el
comprador y por tanto la calidad era algo obligado. Después llegaron
los bancos y los créditos al consumo. Para devolverlos, o se subía el
precio o se conseguía una mayor rotación a costa de la duración del
producto.
- Ordenadores, cámaras digitales... ¿Hasta qué punto se
predetermina la vida de los aparatos que forman la electrónica de
consumo?
- Es el sector donde más se practica. Todo funciona con
chips. Los semiconductores suelen estar hechos de selenio, germanio o
silicio, cada uno con un punto de fusión más o menos bajo. En muchas
ocasiones, basta con colocarlos al lado de una fuente de calor, como la
batería, para acortar la vida de los mismos y forzar otra compra.
- Eso siempre que no esté en garantía.
- Las autoridades, en el caso europeo, obligan a una
garantía de solo dos años. Con ello propicia que se fabrique para que
duren alrededor de ese tiempo. Por eso se puede decir que la
obsolescencia programada está garantizada por ley.
- Con ciertos dispositivos hay que tener suerte y cuidarlos mucho para que alcancen dos años.
- Es el caso de los móviles. Ahí juegan mucho con los
materiales, pero también con la durabilidad de las baterías. Cuando
llegas a la tienda oyes eso de 'te sale más caro arreglarlo que comprar
uno nuevo. Y con los puntos que tienes...'.
Desastre ecológico
- Hay quien acude a la tienda porque el teléfono se la ha quedado viejo en diez meses.
- Eso es lo que viene a ser la llamada obsolescencia por
moda, acortar muchos los plazos y poner un teléfono a la venta con
nuevas prestaciones rápidamente. Es una técnica más, al igual que la
planificación. Solo hay que ver que el primer iPhone en Estados Unidos
solo tenía garantía por doce meses.
- ¿Y nadie se ha quejado hasta este momento?
- En el caso del iPod hubo muchas denuncias en las que
Apple optó por pactar con los demandantes. Realmente, a estas compañías
les sale más rentable indemnizar que dejar de fabricar de esta manera.
- ¿Este ritmo frenético no empuja a estas empresas a invertir en desarrollos más rápidos?
- Muchos de estos desarrollos ya están preparados cuando
han sacado el modelo anterior y es una manera de lavarle la cara al
producto en apenas pocos meses. Es una estrategia a costa de generar
montones y montones de basura tecnológica.
- ¿Esos 'vertederos 2.0' fueron los que le movieron a fundar un movimiento contra esta forma de fabricación?
- Desde el movimiento SOP intentamos concienciar de que
existen estas prácticas. Es un modelo de producción que nos esta
llevando al desastre económico, no solo al ecológico. Es otro aspecto
adicional de esta crisis que estamos viviendo. (FUENTE: EL CORREO).
LA BOMBILLA ETERNA
La clave de su duración, tal como explica Benito Muros, es
que han «eliminado elementos dopantes» (como el carbono) que provocan
microrroturas en los conductores. Además, al conseguir que nunca supere
un determinado número de grados logran que no empiece el proceso de
deterioro de la bombilla.
Los distribuidores tradicionales «han preferido seguir con
las que se funden». La línea de iluminación ideada por Muros -que
incluye farolas para la calle- se vende por Internet y canales
alternativos. Están cerca de comercializar un sistema para instalar en
los cuadros eléctricos de un edificio para ahorrar en el consumo
eléctrico y trabajan en la creación de una nevera que viva durante
décadas.
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