jueves, 13 de diciembre de 2012

Según OIT existe riesgo de inestabilidad social por el recorte del salario de los trabajadores.

Reproduzco a continuación un artículo aparecido en el diario DEIA sobre la advertencia que hace la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en cuanto al riesgo de inestabilidad social que supone el recorte del salario de los trabajadores. Siendo un tema económico, creo que puede tener relevancia a corto y medio plazo en el comportamiento criminológico de la población, debido a la menor disposición de dinero para hacer frente a sus necesidades básicas.


La porción de la riqueza nacional que obtienen los trabajadores es cada vez más pequeña en la mayoría de los países, provocando un descontento popular e incrementando el riesgo de malestar social, según denuncia la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Informe mundial sobre salarios 2012/2013. "La desigualdad en la distribución y la concentración de los ingresos entre los que más ganan y los dueños del capital han sido la causa del descontento público alrededor del mundo, aumentando el riesgo de disturbios en inestabilidad social", advierte el organismo dependiente de la Organización de Naciones Unida (ONU). El mensaje de la OIT avanza la posibilidad de que ese descontento corra como la pólvora en medio de la política de ajuste y estalle en las calles.
La raíz del problema es el desequilibrio entre los ingresos de las personas que dependen de una nómina y los de las grandes fortunas. "En pocas palabras, una mayor parte del pastel nacional se ha transformado en ganancias y los trabajadores han recibido una menor porción", apuntan los autores del documento, en el que sostienen que esta tendencia "ha estado vigente durante décadas". Por ello, los trabajadores "se están beneficiando menos de los frutos de su trabajo mientras que los propietarios del capital se benefician más".
En concreto, la OIT señala que en las 16 economías más desarrolladas, la proporción media del trabajo respecto a la riqueza nacional disminuyó desde el 75% a mediados de los años 1970 hasta el 65% en los años previos a la crisis.
economías emergentes "Se recuperó por poco tiempo, pero descendió nuevamente después de 2009", añade. Por su parte, entre un grupo de 16 economías en desarrollo y emergentes, esta proporción disminuyó del 62% del PIB en los primeros años 1990 hasta el 58% justo antes de la crisis. "Aún en China, donde los salarios se triplicaron a lo largo de la última década, la participación de los trabajadores en los ingresos nacionales disminuyó", destaca el informe. Por otro lado, los autores del estudio alertan de que la cada vez más extendida apuesta por reducir los costes laborales en aras de estimular la competitividad de las exportaciones "no garantiza" que los países en crisis puedan prevenir el estancamiento económico o el déficit de cuenta corriente.
"Si bien, en principio, cada país a título individual puede aumentar la demanda de sus bienes y servicios al incrementar las exportaciones, no todos los países pueden hacerlo simultáneamente", dijo Sangheon Lee, uno de los autores del informe, que reclama el restablecimiento de una relación más estrecha entre salarios y productividad, que es a la vez una cuestión de equidad y de crecimiento económico sostenible.
Por otra parte, la OIT señala que el crecimiento de salarios continúa muy por debajo del período anterior a la crisis a nivel mundial y que incluso ha sido negativo en las economías desarrolladas, mientras sigue aumentando en las economías emergentes. "Los salarios mensuales crecieron el 1,2% en 2011, frente al 3% en 2007 y el 2,1% en 2010", señala el informe, que constata cómo este "impacto no ha sido uniforme", ya que existen grandes diferencias entre países.
"Mientras que los salarios experimentaron una doble caída en las economías desarrolladas, donde se vaticina un crecimiento cero para 2012, los mismos se mantuvieron positivos durante toda la crisis en América Latina y el Caribe, África y aún más en Asia", añade la OIT.
De este modo, el informe señala que, mientras un trabajador del sector industrial en Filipinas gana 1,08 euros por hora, en Brasil llega a algo menos de 4,24 euros, 10,05 en Grecia, 17,94 euros en Estados Unidos y 27 euros en Dinamarca. En el caso de España, este salario se situaba en 11,2 euros por hora.
El director general de la OIT, Guy Ryder, también incidió durante la presentación del informe en la falta de financiación de las empresas y las familias. Ryder negó que el problema de la crisis resida en "una falta de dinero", sino en el hecho de que sea "la gente la que no tenga dinero en sus bolsillos". "El dinero está por allí y una de las áreas donde más se encuentra es en las cuentas de las corporaciones. Las compañías están sentadas en grandes cantidades de dinero, pero no lo están invirtiendo y una razón principal es la falta de confianza en el futuro de la economía global", explicó
Ante esta circunstancia, dijo que es la responsabilidad de los dirigentes políticos "recrear las condiciones de confianza" de que la economía volverá a crecer y que las inversiones que se realicen serán rentables. "El segundo lugar donde hay dinero -continuó- es en algunas áreas del sector financiero, que tienen mucha liquidez, pero no quieren dar crédito a las pequeñas y medianas empresas que estarían dispuestas a invertir si ven una oportunidad de negocio".

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