Los restos óseos hallados en la playa de Las Canteras (Las Palmas de
Gran Canaria) el pasado jueves 15 de noviembre pertenecen a una persona
de origen extranjero, según ha revelado un nuevo estudio de ADN
realizado por el Departamento de Genética Forense del Instituto de
Medicina Legal (IML) de Las Palmas.
El hallazgo supone un paso
de gigante en la investigación puesto que, sin haber realizado todavía
ninguna prueba comparativa con muestras de familiares de personas
desaparecidas, ya se puede descartar que pertenezcan a ninguno de los
canarios que se encuentran en paradero desconocido desde el último año.
Las
dudas iniciales sobre si los pocos restos que fueron encontrados
flotando cerca de Peña La Vieja: un pie con algo de tejido, la tibia, el
peroné, la rodilla y el cartílago, el fémur, la cadera y dos vértebras,
eran parte del cuerpo de una mujer o de un hombre llevaron a los
investigadores a profundizar más sobre ellos.
En un
principio, los forenses realizaron un examen ocular y apuntaron que
podría tratarse de los restos de una mujer, una suposición preliminar
que se descartó completamente, varios días después, tras obtener los
resultados del primer análisis de ADN, que certificaron que eran de un
hombre.
Pero, ¿por qué se dio esta confusión? Para
averiguarlo, los técnicos del laboratorio de ADN habrían realizado
durante la semana pasada un estudio sobre el ADN mitocondrial y el
cromosoma Y con la intención de descubrir si los restos pertenecían a
una persona de origen no europeo, lo que justificaría la confusión
inicial por tener rasgos distintos a los europeos.
Los
resultados de las nuevas pruebas, que fueron comunicados el viernes a la
dirección del IML y al juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de
Gran Canaria, según confirmaron fuentes del centro, apuntan a que los
restos son de una persona de origen extranjero, concretamente procedente
de algún país asiático.
El estudio sobre las muestras de ADN
que se obtuvieron después de procesar algunos huesos, a través de un
protocolo pionero en España, queda así cerrado. Antes de acudir al
procesamiento de los restos óseos, se realizó una prueba con las
muestras de tejido del pie, pero estás quedaron invalidadas porque en
los resultados aparecieron varios perfiles, lo que significaba que éstas
estaban contaminadas.
Los forenses del Instituto de Medicina
Legal de Las Palmas, trabajan ahora en averiguar otros datos relativos a
la persona a la que pertenecen los huesos. En concreto, una experta en
antropología forense se encarga de realizar los análisis
bioantropológicos que permitan averiguar la edad de esta persona de
origen asiático, su altura, su peso y, en el caso de que hubiese algún
indicio entre los huesos, la causa de la muerte.
Varios meses en el mar
Los nuevos datos que han sido comunicados al juez que investiga la aparición de estos restos humanos no solo se limitan a su procedencia. Fuentes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) revelaron a este periódico que un examen de los percebes que habían crecido entre las vértebras del esqueleto apuntaban a que, como mínimo, llevaba en el mar entre seis y ocho meses.
Los crustáceos,
según confirmaron las mismas fuentes, fueron enviados a la facultad de
Ciencias del Mar de la ULPGC donde varios expertos catalogaron su
especie y analizaron su tamaño para concluir qué "edad" tenían.
Según
sus resultados, estos percebes llevaban entre seis y ocho meses
incrustados entre las pocas vértebras que quedaban en el esqueleto por
lo que, como mínimo -ya que no se sabe en qué momento comenzaron a
crecer ahí-, los restos de esta persona llevaban ese tiempo hundidos en
el mar. (FUENTE: LA PROVINCIA, LAS PALMAS).
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