lunes, 17 de diciembre de 2012

La enfermera objeto de broma, censuró en una nota a sus colegas antes de suicidarse.

Tres notas descubiertas en el dormitorio de la enfermera del hospital londinense Rey Eduardo VII que cayó en la trampa de una emisora de radio pueden contener pistas sobre la causa de su suicidio la semana pasada. Jacintha Saldanha, de 46 años, casada y madre de dos hijos, se quitó la vida tres días después de atender la llamada de una locutora australiana que fingió ser la reina Isabel y pidió hablar con la duquesa de Cambridge, quien estaba ingresada en planta por complicaciones en su embarazo.
De acuerdo con la prensa británica, la enfermera critica a sus colegas del hospital en un trozo de papel que escribió a mano horas antes de morir. Una segunda nota hace referencia a la broma radiofónica de la cadena australiana 2Day FM y en la tercera deja instrucciones sobre su funeral. La familia está ya en posesión de una copia mecanografiada de los mensajes que la Policía encontró en la residencia del centro hospitalario y entre las pertenencias de la difunta.
Su familia no lo sabía
El parte oficial indica que Saldanha se ahorcó en un dormitorio de la residencia del Eduardo VII, donde trabajaba de lunes a viernes desde hace cuatro años. Hacía turnos de noche y la madrugada del pasado 4 fue víctima de una broma cuyo fatal desenlace nadie pudo predecir. Su familia al parecer no estaba al corriente de que era ella la enfermera que aceptó la llamada y esperaba su retorno a Bristol, como el resto de los fines de semana. Ahora aguarda los resultados definitivos de la autopsia para recuperar el cadáver y darle sepultura en India, su país de origen.
La dirección del hospital mantiene que nunca presionó ni sancionó a su empleada, sino que le apoyó en cuanto saltó el escándalo. Pero el diputado Keith Vaz, que actúa como portavoz del viudo y sus dos hijos, reclama una detallada explicación sobre todos los hechos que sucedieron desde que Saldanha atendió la falsa llamada y hasta que se descubrió su cuerpo colgando en el dormitorio. (FUENTE: EL CORREO).

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