El Juzgado de lo Penal número Dos de Santander ha condenado
a tres años de prisión al instalador de una placa de cocina y a once
meses de cárcel a su compañero por la explosión del edificio Jai Alai de
Laredo (Cantabria), en el que perdieron la vida seis personas
y otras siete resultaron heridas. La sentencia condena al primero como autor y al segundo como cómplice, de un delito de
estragos por imprudencia grave en concurso con seis delitos de
homicidio por imprudencia grave y tres delitos de lesiones por
imprudencia grave. Además de las penas de prisión, el juez les
inhabilita como montadores e instaladores de electrodomésticos por cinco
años -para el principal acusado- y por dos años y medio para el
cómplice.
Junto a ello, deberán indemnizar juntos y solidariamente
con las aseguradoras a las familias de los fallecidos, a los lesionados y
a los afectados por los daños en el edificio por un valor total de 1,8
millones de euros. La sentencia considera probado que ambos acusados
procedieron a la instalación de una placa de cocina de gas natural
cuando el servicio de gas del edificio era propano.
Sin tener cualificación adecuada y sin ser instaladores
autorizados, procedieron modificar la instalación existente, con el fin
de conectar los tubos de la cocina y de la placa, que tenían distintas
secciones y diámetro. Una vez efectuada la conexión, abrieron la llave
del gas y comprobaron que la llama que salía era excesiva, debido a que
los quemadores instalados eran para gas natural y no para propano.
Entonces, los acusados abandonaron el lugar indicando a su propietario
que para utilizar la placa abrieran la llave al mínimo y que al día
siguiente volverían a cambiar los quemadores de gas ciudad por los de
propano.
Según señala la resolución, no advirtieron del peligro que
conllevaba tal instalación, ni se aseguraron de que las llaves de paso
estuvieran cerradas, ni se cercioraron de que por la unión realizada no
se producían perdidas de gas. Horas más tarde -de madrugada- se produjo
una explosión en la vivienda, cuya causa fue una fuga de gas propano que
se produjo en el tramo instalado por los acusados, consecuencia de la
perdida continua de gas, siendo el detonante el reóstato del frigorífico
que al ponerse en marcha generó una chispa que fue el detonante de la
explosión del gas acumulado.
Un matrimonio septuagenario de Bilbao y su hija de 37 años;
una anciana impedida de Getxo y su cuidadora boliviana y una mujer
vizcaína de 40 años fueron las víctimas mortales del trágico suceso que
tuvo lugar el 27 de julio de 2006. (FUENTE: EL CORREO).
No hay comentarios:
Publicar un comentario