Un inesperado susto. Eso es lo que se llevó Felipe
Carrera, un vecino de Nueva de Llanes (Asturias) cuando un enjambre de
avispas le atacó mientras desarrollaba labores de desbroce en las
inmediaciones del cementerio, dejándole varias picaduras en diversas
partes del cuerpo. Este barrendero de 56 años se acercó a
la zona del camposanto para adecentar las márgenes del camino de acceso.
Alrededor de las 10.30 horas, al llegar a un punto de la cuneta con su
máquina desbrozadora comenzó el ataque. «No me dio tiempo a reaccionar.
Empezaron a salir del suelo muchísimas avispas y a picarme. Tiré la
máquina al suelo y comencé a rascarme porque de inmediato sentí un picor
muy intenso», explicó.
Los picotazos que, según contó, «no fueron muy numerosos, en
comparación con la cantidad de avispas que aparecieron», estuvieron
localizados sobre todo en las manos, los pies y el cuello. El picor se
fue convirtiendo en un fuerte dolor en algunos puntos concretos del
cuerpo y, además, Carrera sintió muchos mareos. Tantos que decidió, en
un primer momento, sentarse en el suelo. «Como tenía el coche allí
cerca, traté de llegar hasta él, pero de camino me di cuenta de que no
estaba en condiciones de conducir ni siquiera», relató. Fue entonces
cuando llamó por teléfono a su mujer para que enviase a alguien a
recogerlo, avisándola de que en ese instante incluso «estaba perdiendo
hasta la vista».
Antes de llegar el auxilio, Felipe Carrera reconoció el vehículo de
una vecina, que se encontraba dentro del cementerio, a la que llamó
pidiendo ayuda. Ella fue quien lo trasladó al centro de salud. Una vez
atendido, el afectado explicaba que la médico le confesó que «si llego a
ser alérgico al veneno de las avispas, es posible que no lo hubiese
contado». «Según me explicaron, con la picadura de estas avispas se te
paraliza hasta el corazón en algunos casos».
Permaneció casi tres horas y media en el ambulatorio donde se le
suministraron antídotos, otros medicamentos y suero. Posteriormente pudo
irse a casa por su propio pie, aunque bastante débil aún. «Me mandaron
que descansara y que bebiese mucho líquido durante todo el día»,
detalló. A última hora del día únicamente contaba ya con algo de
hinchazón en una de sus manos. Como barrendero, y pasando por trabajo
largas horas al aire libre, no es la primera vez que recibe alguna
picadura de avispa. «Todos los veranos me pica alguna, pero nunca sentí
nada parecido a lo que me provocaron éstas», manifestó.
Dos víctimas en una semana.
Todo parece indicar que se trataba de la temida vespa velutina,
conocida también como 'avispón asiático' o 'avispa asesina', una especie
invasora que está sembrado el pánico entre la población asturiana. El
pasado viernes, en la localidad parraguesa de Bodes, un hombre de 89
años fue atacado por «cientos de avispas» que salieron de la tierra tras
haber escarbado un poco el perro que le acompañaba. Arsenio Díaz
Escandón no pudo superar la reacción alérgica que le provocaron las
incontables picaduras y falleció en el Hospital de Cabueñes. Antes que
él, en la playa de Rodiles, fallecía el miércoles otro varón, de 55
años, tras ser picado por, al menos, dos avispas. (FUENTE: EL CORREO).
En realidad NADA parece indicar "que se trataba de la temida vespa velutina", el avispón asiático no hace sus nidos en la tierra y todavía no ha aparecido por esa zona. Eran avispas. Un saludo y menos lobos.
ResponderEliminarHola orz. Me he hecho eco de un artículo publicado en el diario "El Correo" así que yo no quito ni pongo lobos; si puedes aportar algún informe o noticia que avale tu opinión, ruego me lo envíes y con gusto lo publicaré en el blog.
EliminarMuchas gracias y un cordial saludo.