La Ertzaintza detuvo en Bilbao a
dos empleadas de hogar que presuntamente robaban joyas y otros objetos
en las casas de las personas, generalmente de edad avanzada, a las que
cuidaban. Según ha podido saber este periódico, las piezas están
valoradas en unos 4.000 euros, algunas de las cuales han podido ser
recuperadas.
El primer arresto se produjo el pasado miércoles en la
capital vizcaína. Gracias al rutinario control policial sobre los
establecimientos de compraventa de oro, la Policía autonómica detectó
una partida sospechosa. Las averiguaciones condujeron a una mujer de 36
años, de nacionalidad sudamericana. Los agentes concluyeron que esta sospechosa había sustraído
las joyas que empeñaba en el domicilio de Ortuella en el que estaba
trabajando y en otras viviendas donde realizaba labores esporádicas. Fue
quedándose con objetos de valor de manera paulatina y durante un largo
período de tiempo. Una vez que se hacía con el botín, recurría a tres
negocios distintos de adquisición de oro, todos ubicados en la capital
vizcaína, donde vendió anillos, cadenas y otros artículos valorados en
unos 3.000 euros.
Cazuelas y comida
La segunda detención se produjo el pasado jueves. En este caso, la
asistenta de hogar, también de 36 años y nacionalidad española, sólo
acudió a una tienda de compraventa, donde empeñó joyas por valor de unos
1.200 euros. Algunas de las alhajas llevaban inscripciones con nombres
de otras personas, lo que levantó las sospechas de la Policía. La
empleada estaba contratada por una empresa de ayuda a personas mayores
que sufren discapacidades o enfermedades degenerativas como el
Alzheimer. Los robos se produjeron en el caserío de un matrimonio
octogenario en Loiu y en un piso en el barrio bilbaíno de Deusto, aunque
la Policía sospecha que puede haber otros casos que hasta ahora no
hayan salido a la luz.
En ninguno de los robos relatados se presentó denuncia ante
la Ertzaintza. Algunas de las víctimas temían que si lo ponían en
conocimiento de la Policía, la presunta ladrona podía tomar represalias.
A la pareja de Loiu, la empleada llegó a robarles hasta cazuelas e
incluso comida.
En junio de 2006, la Ertzaintza arrestó a una mujer ,
T.L.M.S., de 31 años, acusada de robar joyas en varias casas. La
asistenta se había ganado la confianza de sus empleadores y los dueños
de las tres viviendas en las que trabajaba eran parientes entre sí. El
botín completo fue tasado por la Ertzaintza en unos 3.000 euros. Entre
otras alhajas se apoderó de dos anillos, uno valorado en 2.300 euros, y
una cadena de oro y un collar de perlas. (FUENTE: EL CORREO).
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