El equipo de 14 forenses, tres de ellos españoles, que ha examinado
los restos de Pablo Neruda, exhumado el pasado 8 de abril, han
descartado que el poeta chileno muriese envenenado.
"No hemos encontrado
rastro alguno de veneno y nuestra apreciación es que no hay elementos
forenses para pensar que no fue una muerte natural, ya que el cáncer que
padecía estaba muy avanzado, mucho más de lo que se pensaba", ha
explicado a EL PAÍS desde Chile Francisco Exteberria, uno de los tres
expertos españoles que ha participado en la investigación, junto a
Aurelio Luna (Universidad de Murcia) y Guillermo Repeto (Sevilla).
Los técnicos sí han hallado en los huesos del poeta residuos de los
fármacos que entonces se utilizaban para tratar el cáncer de próstata. "
Si 40 años más tarde hemos encontrado rastro de esos medicamentos, es
de lógica pensar que hubiéramos detectado cualquier otra sustancia",
explica Etxeberria, que no obstante, advierte que la forense es solo una
parte de la investigación. "Nosotros no hemos encontrado pruebas
periciales que indiquen una muerte violenta, pero la nuestra es solo una
pata de la investigación, junto a las pruebas documentales y
testificales". El equipo ha concluido por unanimidad que el cáncer de próstata que
padecía el poeta estaba mucho más evolucionado de lo que se pensaba.
"Tiene metástasis en muchos huesos del esqueleto. En 1973 eso tenía un
desenlace garantizado".
Fueron las declaraciones del chófer del poeta, Manuel del Carmen Araya Osorio, en 2011
, asegurando que había fallecido envenenado las que motivaron la
exhumación. El conductor aseguró que una inyección en el estómago de
Neruda durante su convalecencia en la clínica, 12 días después del golpe
de Estado que perpetró Augusto Pinochet, había causado su muerte. Tras
las polémicas declaraciones el Partido Comunista de Chile presentó una
querella para conocer la verdad. (FUENTE: EL PAÍS).
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