Hasta los mejores expertos de la Ertzaintza no salen de su
asombro con Juan Carlos Aguilar, el experto en artes marciales detenido
el pasado domingo en Bilbao por dejar en coma de una paliza a una
prostituta nigeriana en su gimnasio Zen4 que, ironías de la vida, se
vende como "Monasterio Budista Zen. Océano de la Tranquilidad".
Allí y en su casa los investigadores han hallado huesos de
manos, partes de una columna vertebral y otros restos humanos que
podrían pertenecer a más de una persona. Una de ellas podría ser otra
mujer, que el propio Aguilar "cree" que mató el pasado 31 de mayo, según
ha confesado a la Ertzaintza.
El posible precedente de este caso se remonta al 29 de mayo de
1999, cuando la Policía detuvo en Madrid a Juan Luis (Koldo) Larrañaga,
natural de la localidad guipuzcoana de Azkoitia, que tenía entonces 40
años, como autor confeso de la muerte del empresario de máquinas
tragaperras Agustín Ruiz Pérez y de la abogada Begoña Rubio.
Larrañaga sigue en prisión por estos dos asesinatos cometidos
en Vitoria el 13 de agosto de 1998, en el caso del empresario de las
tragaperras, y el 24 de mayo del 99, en el de la letrada, pero la
Ertzaintza está convencida de que fue además el autor de otros dos
crímenes no esclarecidos.
Todos los indicios apuntaban a que Larrañaga mató también en
Vitoria en mayo de 1998 a la profesora de inglés Esther Areitio, una
viuda de 55 años, cuyo cuerpo apareció descuartizado en 6 trozos en
varias bolsas de basura, y asesinó asimismo en la capital alavesa el 9
de junio de 1998 a un cordelero, Acacio Pereira, de 72 años, quien fue
encontrado atado a una silla y cosido a puñaladas.
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en Bilbao, en los
cuatro crímenes atribuidos a Larrañaga hubo al parecer un móvil
económico, ya que a la profesora de inglés le robó joyas y unas 170.000
pesetas (aprox. 1.021,00€), en la casa del empresario se apoderó de unas 60.000 pesetas (aprox. 360,00€)
tras asestarle 45 puñaladas, y sustrajo las 4.500 pesetas (aprox. 27,00€) que llevaba la
abogada Begoña Rubio en su bolso.
Por ello, el caso de este hombre que fracasó en todos los
negocios que puso en marcha, separado y con un hijo, dista mucho del de
Juan Carlos Aguilar, considerado alguien de éxito y admirado por sus
alumnos, ante quienes se presentaba como el primer occidental reconocido
como maestro budista Shaolín, y que en 1997 fue proclamado campeón del
mundo de kung-fu en formas y armas. (FUENTE: DEIA. La conversión de las cifras de pesetas a euros es mía).
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