La Audiencia de Bizkaia ha condenado a 14 años de prisión a
la mujer que un jurado popular consideró culpable de matar a
cuchilladas a Jaime Olañeta, un jubilado de 68 años, el 9 de marzo de
2012 en la localidad vizcaína de Mallabia, según una sentencia fechada
ayer. Tras el juicio, un jurado popular emitió la semana pasada un
veredicto de culpabilidad contra M. J. I.M. de 48 años, al estimar que
la autora confesa del crimen era "plenamente responsable" del homicidio
de Jaime, propietario de un caserío en la citada localidad, donde
trabajaba como jardinero el exnovio de la acusada.
La sentencia asume la consideración de la Fiscalía sobre
ese crimen y le condena por un delito de homicidio, con la concurrencia
del agravante de abuso de superioridad, ya que la víctima no tuvo apenas
posibilidad de defenderse, si bien acepta el atenuante de reparación
del daño porque, según la defensa, entregó "todos sus ahorros a la
familia de la víctima", unos 13.000 euros. El Ministerio Fiscal pedía
una indemnización de 85.000 euros para los dos hermanos del fallecido,
pero la sentencia ha establecido finalmente que la mujer pague 10.000
euros a cada uno de ellos.
Según consideró el jurado en su veredicto, M. J. I. M.
planificó el crimen y después se deshizo de las evidencias que pudieran
implicarla, por lo cual el tribunal descartó el argumento de la defensa
de que la mujer se encontraba "totalmente descontrolada" aquel día. Los
miembros del jurado llegaron a la conclusión por unanimidad de que la
mujer no tenía sus capacidades mentales alteradas y que así, conservaba
íntegramente sus facultades aunque parecía un trastorno de la
personalidad tipo límite.
Argumentaron que la acusada fue capaz de preparar en su
casa un cuchillo con el que luego mató a su víctima, meterlo en un bolso
junto a ropa limpia por si la que llevaba se salpicaba, y bolsas para
deshacerse del arma y de esas pertenencias que pudieran ser utilizadas
como pruebas en su contra, conducta que requirió de una reflexión antes y
después de acuchillar al anciano. Sin embargo, los miembros del
tribunal sí estimaron, tal y como sostuvieron los psiquiatras, que la
mujer perdió el control una vez iniciado el ataque que se saldó con 112
puñaladas en diferentes partes de la cabeza y el torso de la víctima.
La sentencia, ha destacado "el alto
grado de premeditación y de persistencia en el hecho delictivo que se
advierte en la conducta" de la acusada, que salió de su piso de Bilbao y
viajó hasta Mallabia, "pertrechada de un buen número de útiles" para
cometer el crimen y para ocultarlo. Además, ha recordado que la mujer no explicó el móvil del
crimen y así, "nada ha trascendido sobre posibles malas relaciones con
la víctima" ni la relatado nada que pudiera justificar "un hecho tan
extremadamente violento y sobrecogedor". Esa falta de colaboración,
junto "a la frialdad de ánimo en la comisión del hecho", sitúan este
caso, según la Audiencia de Bizkaia, "en un punto muy cercano a la
calificación inicial de asesinato con alevosía", que presentó la
Fiscalía.(FUENTE: EL CORREO).
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