El mapa de la delincuencia en Euskadi no es homogéneo. Ni
siquiera proporcionado. Está compuesto por un rosario de sucesos,
casualidades y factores socio-económicos que no aparecen en las frías
estadísticas. Según los datos recogidos por la Ertzaintza, los delitos
crecieron un 3,25% en Euskadi el pasado año al sumar 90.653; es decir,
248 cada día. Un crecimiento desigual que algunos expertos atribuyen a
la agudización de la crisis. EL CORREO muestra las cifras municipio por
municipio.
En el mapa de la delincuencia de Euskadi, Bizkaia y Bilbao
sobresalen por encima del resto con mucha diferencia. Con 21.352 delitos
y faltas contabilizados, la capital vizcaína (350.000 habitantes) dobla
a la siguiente ciudad con más incidentes: Vitoria (240.000 habitantes),
que registró 10.817 atestados durante el último ejercicio. En San
Sebastián (186.000), que ocupa el tercer lugar de este particular
ránking, la Policía autonómica registró 5.922. Lo preocupante en el caso
de Bilbao es que durante 2012 registró un incremento del 11% –casi
cuatro veces la media del País Vasco–, que contrasta con el descenso del
6% en Donostia y del 3% en Vitoria.
A partir de ahí, hay casos particulares que destacan por sí
mismos. En Bizkaia la delincuencia ha crecido sobre todo en las
ciudades y en las localidades importantes. Sobresale, en este sentido,
lo que ocurre en Sestao, donde se contabilizaron 1.625 delitos y faltas,
lo que supone un ascenso del 29%. En otras localidades de la Margen
Izquierda, como Santurtzi (14%) y Portugalete (6%), también se han
percibido incrementos significativos. En Barakaldo, que ocupa el cuarto
lugar en la población y en el ránking delictivo del País Vasco, también
se registró un crecimiento del 2% al sumar 5.081 delitos. Pero los
aumentos generalizados en Bizkaia también se dejaron percibir al otro
lado de la ría. Destaca, en este sentido, el alza del 17% de Getxo. En
el terreno de las anécdotas se encuentran pueblos tranquilos como
Lanestosa que protagonizó un incremento, de nada más y nada menos, que
del 800%. El dato porcentual –el mayor de Euskadi– pierde fuelle cuando
se explica que pasó de contabilizar una incidencia a registrar nueve.
Vamos, que es una localidad tranquila.
Crisis y paro
Alava, con un descenso del 4%, y Vitoria (-3%) representan
el perfil más amable del mapa de la delincuencia de Euskadi, que es la
tercera comunidad en la que más creció las tasas de robos y asaltos en
2012. En este caso, la capital es el escenario de la inmensa mayoría de
los delitos que se cometen en el territorio alavés (10.817 sobre un
total de 13.748). A mucha distancia le siguen Llodio (554), Amurrio
(286) y localidades como Salvatierra (151) y Nanclares de Oca (134). En
el otro lado de la balanza aparecen pueblos como Zalduondo y Peñacerrada
con 4 atestados abiertos en un año.
El caso de Gipuzkoa es singular. Mientras que en la capital
se produjo un moderado descenso del 6%, la mayoría de las localidades
importantes, de más de 10.000 habitantes, experimentaron incrementos
notables. Destacan los casos de Azkoitia (53%), Hernani (10%),
Hondarribia (13%), Mondragón (11%), Renteria (7%) e Irún (6%).
Al margen de las diferencias estadísticas, cada territorio y
cada ciudad tienen sus propias peculiaridades –como el impacto de la
crisis y el crecimiento desigual del desempleo– que influyen en sus
tasas de criminalidad. El principal problema de Bizkaia y Bilbao son los
asaltos a viviendas y los robos con violencia, una lacra que también se
acusa en Gipuzkoa. Estos últimos, que generan una gran alarma social,
se han disparado en un 32% en el último año. Fuentes de la Ertzaintza
especializadas en investigación recalcan que uno de los principales
problemas es que algunas comisarías importantes, como la de Sestao,
están por debajo de efectivos en relación a la tasa de criminalidad.
«Bizkaia dobla el número de delitos que se cometen en los otros dos
territorios», explica este ertzaina.
En Álava, en cambio, los robos con violencia han descendido
un 16%. Aquí la principal preocupación de los responsables policiales
son los hurtos –robos cuyo valor no supera los 400 euros– y los asaltos a
domicilios, que crecieron en torno al 24%. Los incrementos
generalizados en las tasas delictivas contrastan, sin embargo, con el
descenso en las detenciones de cerca del 10% durante el mismo periodo. (FUENTE: EL CORREO).
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