domingo, 21 de abril de 2013

Grupos supuestamente anarquistas envían "consoladores explosivos".

La Policía busca a los autores del envío en los últimos meses, por parte de grupos supuestamente anarquistas, de paquetes con detonantes a personas vinculadas con la Iglesia, entre ellos dos «consoladores» cargados de explosivos. Uno iba dirigido al arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, y el segundo estaba destinado al director de un colegio privado de Madrid, artefacto que en esta ocasión estalló en unas oficinas de Correos.

Los servicios de información de la Policía están investigando la autoría de los hechos, que fueron reivindicados en Internet en marzo pasado por dos colectivos autodenominados el Club de Artesanos del Café para sus nuevos usos, FAI/FRI, y el Grupo Anticlerical para el Fomento del Uso del Juguete Sexual. El comunicado de los anarquistas confirmó los envíos destinados al «obispo de Pamplona», en enero, y «al director de un colegio elitista de los Legionarios de Cristo», dos meses después, y pidió disculpas «por las molestias» a una funcionaria que, se aseguraba en el texto, resultó herida al manipular el segundo paquete. No obstante, la Policía ha negado ese extremo.

Las autoridades creen que se trata de dos grupúsculos de no más de cinco individuos pertenecientes al denominado 'comando Mateo Morral', una banda que también se atribuyó la colocación de un artefacto en la catedral de La Almudena en febrero pasado. No llegó a explotar, pero obligó a desalojar el templo. La bomba fue descubierta por el canónigo junto a uno de los confesionarios, dentro de una bolsa de basura que al principio pensó que alguien había dejado olvidada. Sin embargo, al cogerla se extrañó de su peso y, cuando la abrió, descubrió que contenía más de un kilo de pólvora, un kilo de tornillos para hacer de metralla, una bombona de camping gas, un temporizador y un detonador. Los Tédax comprobaron que estaba preparada para estallar. «No era de broma», avisaron.

«Un paquete raro» 
 
Un mes después, los Tédax tuvieron que explosionar una olla depositada junto a la Fiscalía de Madrid. Igualmente, en el comunicado, los grupos anarquistas aseguran que el pasado 20 de diciembre también atacaron una sucursal bancaria, en esta ocasión con una cafetera rellena de pólvora y de tornillos, aunque no aclararon en qué sitio. En principio, la Policía piensa que los responsables de estos hechos carecen de estructura consolidada y organizada, por lo que en este momento puede tratarse de pequeñas 'células' con diferentes objetivos.

Respecto al explosivo de Pamplona, el Arzobispado admitió, en declaraciones a Efe, haber recibido a comienzos de este año un «paquete raro» que contenía unos polvos. No obstante, como despertó sospechas, se alertó a la Policía, que se lo llevó. «No se le concedió importancia, pero luego se ha dicho que era una bomba», declararon fuentes eclesiásticas, que añadieron que no tienen noticias de la investigación.

A diferencia de lo ocurrido en Pamplona, el «consolador» destinado al director del colegio privado de Madrid -el 'Highlands', un centro católico situado en el barrio de La Moraleja- no llegó hasta allí. La carta que lo contenía estalló el 3 de marzo en unas dependencias de Correos del distrito madrileño de Vallecas. (FUENTE: EL CORREO).

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