Amparándose en el falso anonimato que conceden las redes sociales, algunos usuarios dotados de un cerebro sin madurar y de unos pulgares demasiado ágiles, se animan a escribir mensajes que entran de lleno en la ilegalidad. Y digo falso anonimato porque dentro de las especialidades forenses están la telemática, capaz de rastrear el curso del mensaje hasta llegar a su origen, y la sociolingüística, encargada de analizar y cotejar el texto para conocer su autoría.
La Guardia Civil detuvo ayer en la localidad murciana en Águilas a un individuo de 26 años acusado de difundir en las redes sociales mensajes ofensivos que incitan al odio y la violencia, relacionados con la catástrofe aérea. El joven escribió un twitter en el que decía: «a ver, a ver, no hagamos un drama, que en el avión iban catalanes, no personas». Los ‘ciberagentes’ lo detectaron al establecer una amplia vigilancia con motivo del accidente aéreo en los Alpes franceses. Tras investigarle, descubrieron otros muchos mensajes discriminatorios. Al parecer, este usuario hacía apología de la violencia de género o contra los negros, unos delitos por los que podría ser condenado con multas y entre uno y tres años de cárcel.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ordenó la semana pasada a las Fuerzas de Seguridad que investiguen de inmediato la aparición de multitud de comentarios ofensivos en las redes sociales contra las víctimas del accidente de Germanwings mofándose de su origen catalán. Según fuentes de las investigación, los agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía y del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil localizaron más de un centenar de usuarios que han vertido, principalmente en Twitter, comentarios vejatorios y constitutivos de un posible delito de incitación al odio, tal y como ha recordado el número 2 de Interior, Francisco Martínez.
De forma paralela, la asociación de abogados y juristas Drets.cat impulsó una denuncia contra los autores de esos comentarios y ha realizado un llamamiento, tanto en Facebook como en Twitter, para recabar la colaboración ciudadana para recopilar todos los tuits. Son más de 500 mails los que ha recibido el colectivo de letrados con datos sobre tuiteros que vejaron al las víctimas catalanas. Drets.cat considera, al igual que el Ministerio del Interior, que los mensajes podrían ser constitutivos de un delito de provocación e incitación al odio y la violencia contra un colectivo, tipificado en el artículo 510 de Código Penal. El colectivo tiene intención de denunciar ante la Fiscalía este jueves a todos los perfiles que tenga localizados.
Entre otros muchos comentarios vejatorios y anticatalanes se localizaron los siguientes: "Tranquilos, no hay españoles, solo catalufos y alemanes"; "Ojalá un avión en el que estén todos los catalanes y se estrelle contra una roca y se mueran lenta y dolorosamente"; "Lo del accidente de avión me parece muy bien si había catalanes dentro de él", "Ojalá que sean todos catalanes los muertos en el accidente de avión que volaba entre Barcelona y Düsseldorf"; "Solo son españoles cuando hay una desgracia para apuntarse a las indemnizaciones. Boicot products of Cataluñisten"; "Vale, lo voy a decir yo, pero media España está pensando que ojalá los 45 apellidos españoles sean de catalanes, vascos y panchitos": o "A ver, a ver, no hagan un drama que en el avión iban catalanes, no personas".
Como se ve ejemplos de este comportamiento hay a raudales; basta ojear cualquier periódico o entrar en las redes sociales para darse cuenta de ello pero me voy a quedar con uno en concreto, el del usuario de Twitter de 17 años de edad que escribió un tuit asegurando que iba a preparar una bomba para "soltarla" el día del partido, refiriéndose a la final de Copa del Rey que Athletic Club y F.C. Barcelona disputarán el 30 de mayo.
La Policía Nacional ha imputado a un joven que amenazó a través de Twitter con atentar en el Camp Nou durante la final de la Copa del Rey que disputarán Athletic y Barcelona el próximo 30 de mayo. El imputado, de 17 años y vecino de la localidad murciana de Molina de Segura. Publicó en su perfil de la conocida red social varios comentarios relacionados con la final y en uno de ellos aseguraba preparar una bomba para "soltarla" el día del partido.
Varios perfiles en las redes sociales alertaron a la Policía de estas publicaciones en tono amenazante, que estaban generando preocupación entre los internautas. Además, el joven publicó sus amenazas justo un día después del accidente de avión de Germanwings en los Alpes, derivó en una difusión rápida y masiva.
Como primera reacción, el joven continuó con su actitud violenta, increpando y amedrentando a todos aquellos usuarios que le reprochaban y exigían la retirada de la publicación. Sin embargo, ante la gran viralidad que alcanzó su amenaza y las comunicaciones a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el imputado borró su perfil en la red social al día siguiente de la publicación para tratar de evitar ser identificado por la Policía.
Pese a ello, los agentes lograron localizar al responsable de las publicaciones en la localidad murciana de Molina de Segura. Se trata de un joven de 17 años que ha reconocido los hechos y ha sido imputado como presunto responsable de un delito de amenazas graves contra colectivos.
La investigación ha sido desarrollada por la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial, con la colaboración del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Molina de Segura (Murcia).
Aviso a navegantes. El hecho de ser menor de edad convierte a los padres o tutores en los responsables finales de sus actos, al ser de aplicación la patria potestad o tutela debida, tan a menudo subestimada e incluso olvidada por los progenitores.
La razón comúnmente esgrimida por los padres para justificar que sus hijos menores de edad tienen un móvil, es que así están localizados y en un momento de apuro pueden llamar a casa. Cierto es, por supuesto, pero hoy en día los móviles sirven para mucho más que eso (su uso para efectuar llamadas es residual) y ahí está el problema; mientras no llegue ese "momento de apuro", nuestros hijos pueden sacar y enviar fotografías así como escribir y recibir mensajes de cualquier persona ajena a la familia y círculo de confianza, en unas redes sociales sustitutivas del contacto personal y que incitan a participar.
No lo olvidemos.
No lo olvidemos.
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