Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo, cada 40
segundos ocurre unsuicidio y cada tres una persona intenta morir. En la
actualidad, es la primera causa de muerte violenta, por delante incluso
de los homicidios y los conflictos bélicos.
En España, al año, se registran cerca de 3.500 casos y se estima que
en el 90% de ellos la persona presentaba algún trastorno mental. Además,
es la segunda causa de muerte (no natural) entre jóvenes de 15 a 25
años, y la sexta de niños entre cinco y 14 años. Pero aún hay más, y es
que en 2008 los casos superaron por primera vez al número de fallecidos
por muertes de tráfico, según un informe recogido por el Instituto
Nacional de Estadística (INE) en el años 2010.
Esta es una problemática que alarma cada vez más a los especialistas,
pero en que, sin embargo, coloca a España por debajo de la media
europea y concretamente, a la Comunidad de Madrid por debajo de la media
nacional. Para prevenir y frenar los casos, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha editado Guía de autoayuda. Prevención del suicidio ¿Qué puedo hacer, (Guía en pdf )
que da información veraz y objetiva sobre la conducta suicida. Un
documento que ha sido impulsado por la Oficina regional de la
Coordinación de Salud Mental del Servicio Madrileño de Salud y
presentado en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
La guía tiene como objetivo quitar el miedo al paciente, desmitificar
todo cuanto ocurre alrededor de esta problemática y, sobre todo, decirles tanto a pacientes como a sus familiares que "no están solos" y que "pierdan la vergüenza" a reconocer estos intentos.
"Hay acciones preventivas que son muy eficaces, por
lo que es muy importante llevarlas a cabo, ya que es un problema que
produce gran sufrimiento en las personas y en sus familias, por lo que
nuestro objetivo como profesionales es implantar acciones preventivas
que vayan disminuyendo estas cifras", asegura a EL MUNDO una de las
revisoras de este documento, la psiquiatra Mercedes Navío Acosta,
coordinadora asistencial de la Oficina Regional de Salud Mental de la
Dirección General de Hospitales.
Por su parte, el director general de Atención al Paciente, Julio
Zarco, ha insistido durante la presentación en la importancia de que
"todo el mundo esté sensibilizado con los síntomas de alarmas, que los
conozca y que puedan detectarlos fácilmente".
De este modo, la 'Guía de Autoayuda' se suma a la ya editada 'Guía de
Prevención del Suicidio para Familiares' por la Consejería de Sanidad, y
a otras acciones que se están desarrollando para la prevención de esta
conducta. Incluyendo los programas específicos de intervención que tanto
el Hospital Universitario 12 de Octubre, como la Fundación Jiménez
Díaz, ambos en Madrid, han instaurado y que han conseguido disminuir la
tasa de repeticiones de tentativas.
En la Comunidad de Madrid está implantado, desde los últimos dos años, el código ARSUIC de Atención al Riego Suicida, "que garantiza cita ambulatoria a cualquier persona que tiene riesgo suicida,
que ha hecho un intento y que no es subsidiario de ingreso, sea
atendido en un plazo no mayor a una semana, tras ser evaluada por los
Servicios de Urgencia", explica Navío. No es el único programa de este
tipo en el país. Existen dos unidades especializadas
en evitar recaídas tras un suicidio, una en Galicia, en concreto en el
Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHOU), y otra en
Cataluña, ubicada en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y en el
Centro de Salud Mental Detra del Exaimple.
Silencio y estigma
El problema, según los expertos, es que sigue habiendo silencio y
estigma generalmente a la enfermedad mental y muy concretamente en el
suicidio. Por eso es muy importante que la persona que se le pase esa
idea por la cabeza, lo comunique y que pida ayuda. "Hay alternativas,
hay cosas que hacer, los problemas que parecen irresolubles y eternos,
luego se resuelven. Es muy importante desbloquear lo que los
especialistas llamamos la visión en túnel, la persona que entra en la lógica suicida
no ve más salida que él, por lo que hay que abrirle el horizonte,
hacerle ver que no está solo, que hay caminos", sostiene Navío Acosta.
También es importante, añade esta especialista, que la persona
entienda que esos pensamientos en algún momento determinado de la vida,
pueden ser frecuentes y que por ello, no significa, en absoluto, "que
vaya a enloquecer o vaya a perder el control de manera irreversible",
aclara. Esos, precisamente, son los miedos de las personas que tienen
estos pensamientos. "Hay que atreverse a decir, a pedir ayuda", insiste.
Sin duda, hay que romper el estigma y el miedo. Incluso, hace muchos
años, comenta Navío, ese estigma también habitaba entre los propios
médicos ("hace años afortunadamente", matiza) porque se tenía la
sensación de que al hablar, de algún modo, se iba a inducir al suicidio.
Pero no, lo importante es hablarlo, comunicarlo: "Si una persona tiene
un pensamiento de este tipo que lo cuente a su familia, a su médico de
cabecera, que hable, que lo exprese, porque hay soluciones para todo",
concluye. (FUENTE: EL MUNDO).