Antes de nada conviene definir dos variedades lingüísticas:
La primera es el sexolecto o "conjunto de particularidades del habla propias del hombre o de la mujer"; de esta forma cabe distinguir entre el sexolecto masculino y el sexolecto femenino, el primero se caracteriza por su agresividad en tanto que el de las féminas es más calmado.
La primera es el sexolecto o "conjunto de particularidades del habla propias del hombre o de la mujer"; de esta forma cabe distinguir entre el sexolecto masculino y el sexolecto femenino, el primero se caracteriza por su agresividad en tanto que el de las féminas es más calmado.
La segunda es el cronolecto o "dialecto empleado por un grupo de
individuos perteneciente a la misma generación y residentes en una
zona geográfica determinada".
Los sexolectos están marcados por los roles que durante siglos han ocupado los hombres y las mujeres. Mientras los varones se dedicaban a aportar el sustento económico de la familia durante las épocas de paz y a luchar en el campo de batalla durante las guerras, la mujer se encargaba del hogar y de cuidar de la numerosa prole. Si tenemos en cuenta que bajo el mismo techo convivían varias generaciones (abuelos, padres, hijos, nietos), debemos convenir que también coexistían varios cronolectos.
Mi teoría es que la mujer puede escuchar e intervenir en varias conversaciones a la vez porque su secular rol antes comentado, la obligó a ejercer de bisagra entre el resto de familiares y sus respectivos cronolectos, convirtiéndose en una suerte de traductora en su particular "Torre de Babel" doméstica. Otra cuestión es el tema de las conversaciones pero tranquilas chicas, que lo de desollar a congéneres no es patrimonio exclusivo de vuestro sexo.
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