En tiempos de Aníbal, Ibiza era conocida en todo el Mediterráneo como
la isla de Bes, una despelotada y barbuda deidad destructora de
serpientes. En la isla se han encontrado monedas del periodo púnico
estampadas en la ceca ibicenca del conocido como "dios serpenticida".
Pero aquel viejo poder de amparo desplegado por Bes ha quedado engullido
por la modernidad y el dinero. Por primera vez en la historia reciente,
Ibiza y Formentera están plagadas de serpientes para alarma y asombro
de sus siempre plácidos moradores.
De las 63 islas con más de 75 kilómetros cuadrados del Mediterráneo,
solo las Pitiusas (Ibiza y Formentera) resistían a la colonización de
los ofidios. Puro pasado. "El primer ejemplar de gran tamaño, casi dos
metros, fue avistado en junio de 2008. Desde entonces, las llamadas al
ayuntamiento son bastante habituales, sobre todo, particulares que se
las encuentran en el campo. La media es de un aviso cada cuatro días, de
abril a septiembre, que es cuando las serpientes están activas. Son
especies extrañas en la isla y no queremos que proliferen", apunta
Samuel Parra, portavoz del ayuntamiento de Santa Eulària des Riu, un
concejo turístico y marinero al nordeste de Ibiza.
Un informe de la Asociación Herpetológica Española reconoce que fue
en 2003 cuando los biólogos detectaron por vez primera la presencia de
serpientes peninsulares en Ibiza (un año más tarde, también en
Mallorca). Las tres especies más comunes entonces eran la culebra
bastarda (1,1 metros de media), la culebra de escalera (72 cms. de
media) y la culebra de herradura (89 cms. de media), aunque se estima
que la primera estaría hoy casi extinta. Los especialistas hablan de más
de un millar de ejemplares diseminados por las islas.
Asimismo se han localizado en Ibiza culebrillas de las macetas,
culebras ciegas, lagartos ocelados "y ofidios sin identificar llegados
en contenedor procedentes de China", apunta la Asociación Herpetológica
Española en su informe. "Se detectan porque los payeses las encuentran
en sus fincas, los naturalistas las ven en el campo y son atropelladas
por los coches en las carreteras de las islas", precisa el presidente de
la asociación Juan Manuel Pleguezuelos. "Su presencia en Ibiza es algo
malo sin paliativos. La fauna local ha evolucionado sin ofidios, no
están acostumbrados y no poseen mecanismos de defensa. Estos
depredadores pueden esquilmar la fauna insular en poco tiempo", alerta
Pleguezuelos.
Dormidas en los olivos
Aunque se trata de culebras inofensivas y no peligrosas para el
hombre (carecen de veneno aunque su mordedura puede llegar a ser muy
dolorosa), los ibicencos han cerrado filas al descubrir que las
serpientes invasoras podrían acabar en pocos años con las lagartijas
('Podarcis pityusensis'), el tótem local, omnipresente en las Pitiusas y
símbolo estampado en camisetas, bolsos y menorquinas. Ya hay
precedentes. El ferreret (o sapillo balear) se extinguió en Menorca y en
la Sierra del Levant y el Plà mallorquín tras la llegada a las islas de
la culebra viperina.
Según el trabajo de los herpetólogos, las serpientes habrían arribado
a las islas en los recovecos y plantones de olivos centenarios
importados sin "barreras legales ni físicas" desde la Península para
adornar las villas y urbanizaciones de lujo. Los ejemplares llegados
desde Córdoba, Sevilla, Jaén y Valencia, arrancados y transportados
durante los meses más fríos del año, escondían en su interior ofidios en
estado de hibernación. El informe señala que los viveros localizados
cerca de Sant Llorenç y Santa Eulària se han comportado "como núcleos de
radiación de las especies invasoras". Se estima que a las Pitiusas han
llegado 1.500 olivos de gran porte y otros 2.500 de porte mediano.
En la Península habitan tres tipos de víboras cuya picadura es
venenosa: la víbora áspid (pirenaica), la víbora de Seoane (que coloniza
la Cordillera Cantábrica) y la víbora hocicuda, que campa por el resto
del país. «El mayor peligro es que llegue a las islas un ejemplar
venenoso», explica el herpetólogo Enrique Ayllón. Y, aunque las víboras
prefieren zonas rocosas, existe la posibilidad de que una escoja para
hibernar las raíces de un olivo centenario destinado a las islas.
La Asociación Herpetológica Española trabaja ya junto al Consell
Insular en la "eliminación" de ofidios capturados mediante trampeo y que
son remitidos al Centro de Recepción de Fauna Exótica de las Islas
Baleares. También propone que los plantones llegados desde la Península
sean examinados por perros entrenados en localizar serpientes. Los
municipios ibicencos más afectados son Sant Josep, Sant Antoni y Santa
Eulària des Riu, donde los agentes municipales han recibido formación
para manejar las serpientes. En Formentera se localizan en La Mola. Con
Bes la seña de identidad de las Pitiusas era la ausencia de culebras.
Hoy, las serpientes han desembarcado en el paraíso.
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