El nuevo fiscal que investiga la muerte de Sonia Liliana
Garabedián, Roberto Mazzucco, les pidió a los profesionales del Cuerpo
Interdisciplinario Forense (CIF) que evalúen la factibilidad de realizar
una necropsia sobre el cadáver de la joven madre, quien fue enterrada
ya hace casi 3 años.
En el marco de la nueva investigación y atendiendo los pedidos realizados por el abogado de la familia de Liliana, Mazzucco solicitó a los peritos que, en base a las imágenes tomadas el día del hallazgo del cuerpo de la joven, más los informes de autopsia realizados tanto por el médico del lugar y los concretados por la familia, se evalúe la factibilidad de encontrar algo relevante en el cuerpo.
Según explicó el investigador, la necesidad surge porque ya pasaron casi tres años y se necesita saber si por el tiempo trascurrido se puede determinar si existieron golpes o hematomas que puedan ser detectados en el cadáver enterrado y así corroborar con otras pruebas la hipótesis de la muerte violenta.
En este contexto, se comunicó a la familia la posibilidad de que coloquen un perito de parte para que entre todos puedan determinar la factibilidad antes citada. La familia, como querellante en la causa y en el marco de la investigación paralela que iniciaron ante la inacción de la justicia en su momento, ya había presentado un informe elaborado sobre las imágenes tomadas el día de hallazgo y durante la autopsia.
Este informe, según
publicó El Ancasti el año pasado, daba cuenta de que la joven madre pudo
haber fallecido como consecuencia de un golpe en su cabeza producido
por un objeto contundente. Asimismo, se criticó ampliamente el informe
redactado por el médico forense que estuvo a cargo de la autopsia ya
que, según explicaron, habría omitido pasos importantes, y supuesto
causas del fallecimiento que no se condecían con las características que
mostraban las imágenes, ni un informe “profesional”.
Este pedido se trata de la primera pesquisa concretada desde que el expediente fuera derivado a las manos de Mazzucco. La familia había solicitado además otra toma de pruebas que podrían develar qué le sucedió verdaderamente a la mujer y que serían, además, coincidentes con lo evaluado por los jueces de la Cámara de Apelaciones. Así, solicitar más testimonios, una declaración del marido de la joven, que nunca fue tomada, y una Cámara Gesell para los hijos de la víctima, podrían ser los próximos pasos a seguir.
El caso
Liliana Garabedián fue hallada sin vida en un descampado de
Nueva Coneta el 12 de diciembre de 2010. Había sido dada por
desaparecida el día 9 por su marido, de quien se había separado un mes
antes, luego de haberlo denunciado por violencia de género.
Según el informe de autopsia, la joven madre murió de hambre y sed, pero la familia de la joven refuta este peritaje por considerarlo inadecuado. La causa fue enviada a archivo en agosto de 2011, y desde entonces mudó al Juzgado de Garantías y posteriormente a la Cámara de Apelaciones, en donde los magistrados decidieron, a principios de este año, que la causa debía ser investigada a fondo ya que existirían puntos inconexos y argumentos suficientes para seguir indagando.(FUENTE: EL ANCASTI).
Según el informe de autopsia, la joven madre murió de hambre y sed, pero la familia de la joven refuta este peritaje por considerarlo inadecuado. La causa fue enviada a archivo en agosto de 2011, y desde entonces mudó al Juzgado de Garantías y posteriormente a la Cámara de Apelaciones, en donde los magistrados decidieron, a principios de este año, que la causa debía ser investigada a fondo ya que existirían puntos inconexos y argumentos suficientes para seguir indagando.(FUENTE: EL ANCASTI).
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