Las comarcas del carbón están que arden. Un supuesto fraude en el mineral propiedad de Hunosa almacenado en los terrenos del Grupo Alonso, ha llevado al Ministerio de Industria
a paralizar las ayudas del Plan del Carbón correspondientes a 2012, que
ascenderían a 111 millones. Ni el Ministerio ni la compañía pública
Hunosa han confirmado ni desmentido la desaparición de 200.000 toneladas
de carbón, de la que informó la semana pasada Infolibre, pero
todos los implicados dan por hecho que Hunosa ha reclamado esas
toneladas que ya había pagado con dinero público al grupo de Victorino
Alonso.
Tanto es así que Uminsa, una de las dos compañías de Alonso, remitió un comunicado a los medios de las provincias mineras (León y Asturias) en el que afirmaba que se trata de "pérdidas y mermas"
por el viento y las lluvias mayores de las previstas y que podrían
"alcanzar valores cercanos al 10%", frente al 2% estipulado. Esta minera
se mostró dispuesta a "reponer a su costa la diferencia entre las
mermas reales y las pactadas", pero "en el momento de desacopio".
Pese a negar la mayor, Uminsa, subraya que ella y la otra sociedad del Grupo Alonso (Coto Minero Cantábrico), "tienen capacidad para producir las citadas 200.000 toneladas en el plazo de un mes". Y que los servicios jurídicos de las tres eléctricas a las que suministra (Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa)
han determinado "que no hay incumplimiento contractual alguno", lo que
demostraría que la cuestión lleva meses en la mesa. Asimismo, opina que
la denuncia es una excusa de Industria para no pagar las ayudas al
carbón y "una clara estrategia" para hacer desaparecer a las dos
compañías.
La versión de Hunosa, que tuvo que hacerse cargo del pago y la
gestión del mineral del almacenamiento estratégico de carbón creado en
2009, es que entre la revisión que realizaron sus técnicos en octubre de
2011 y la de mayo de 2012 (en medio se produjo el relevo en la
presidencia) faltaban cientos de miles de toneladas de carbón. La
posibilidad de una reventa fuera de España parece descartada, toda vez,
que esa producción ocuparía tres barcos y el transporte previo en miles
de camiones. Las 200.000 toneladas se valoran en 14 millones.
Vender dos veces
Resulta más plausible, según fuentes empresariales, que estas minas
entregaran el combustible "descuadrado" a las centrales térmicas de las
grandes eléctricas ante la imposibilidad de extraer mineral nuevo como
consecuencia de la prolongada huelga del año pasado, que duró cinco
meses (lo que impidió a Hunosa hacer la inspección antes de mayo). De
ser así, Alonso estaría entregando un carbón propiedad de Hunosa que
ya había cobrado, con la intención, según las mismas fuentes, de
reponerlo hasta finales de 2014. Esta es la fecha en que termina el
mecanismo por el que las eléctricas están obligadas a quemar carbón
nacional en sus plantas a un precio regulado.
Mientras tanto, el Consejo de Ministros sigue sin aprobar las
ayudas a las cuatro grandes mineras (las dos del Grupo Alonso, Hullera
Vasco Leonesa y la propia Hunosa), cuyo visto bueno es preceptivo porque
reciben más de 12 millones de euros. En el caso de las pequeñas, se
aprueban mediante una resolución ministerial.
Al conflicto de las ayudas, que forman parte del plan de la minería
del carbón, que debe revisarse este año para un nuevo periodo, se une el
vacío legal sobre las condiciones (cantidades y precio regulado) para
que las eléctricas compren carbón nacional para sus centrales hasta
finales del próximo año. Estas han alegado contra la propuesta de
Industria, que propone un precio que no recoge como costes los nuevos
impuestos energéticos (el céntimo verde al carbón y el 7% a todo tipo de generación).
En diciembre, Victorino Alonso abandonó la presidencia de Carbunión, que
ocupó siete años. La salida se atribuyó a diferencias el resto de las
empresas mineras, si bien, hay quien considera que se fue
voluntariamente y que en realidad se prepara para abandonar
definitivamente el negocio. (FUENTE: CINCO DÍAS).
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