¿Afectará el acuerdo nuclear entre Irán y la ONU a la financiación del terrorismo yihadista?.

Hay una frase que resume el funcionamiento de la actividad diplomática: "En política las casualidades no existen, se crean". Viene esto a cuento para explicar, desde mi humilde opinión y hasta donde uno puede discernir, qué se esconde detrás del acuerdo nuclear firmado hace unos días por Irán y el G5+1 (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EEUU y Alemania).


Según Mohamed Yehia, editor de BBC Árabe, Irán ha sido el gran defensor de las comunidades chiitas en Oriente Medio, contrastando con los grandes reinos sunitas impulsados por los países del Golfo Pérsico a cuya cabeza se encuentra Arabia Saudí. "La confrontación es entre chiitas y sunitas. Irán apoya al gobierno de Asad en Siria, a Hezbollah en Líbano y la revolución del Yemen. Los sauditas ven el acuerdo como una gran amenaza".

Pero hay más. Aunque este pacto es básicamente nuclear, tendrá gran repercusión económica mundial pues gracias a él se van a levantar las barreras impuestas al comercio internacional iraní, al que se considera cuarto país productor de petróleo con una reserva de 150.000 millones de barriles y la segunda reserva de gas natural del mundo. El Congreso de Estados Unidos cuenta con sesenta días para ratificarlo o rechazarlo pero en caso de concretarse se espera que las autoridades de Irán firmen jugosos contratos con grandes empresas energéticas que ya han mostrado su interés, lo que romperá la posición prioritaria de Arabia Saudí.

Por otro lado una de las carcaterísticas del llamado Estado Islámico respecto a otras organizaciones terroristas tradicionales (IRA, FARC, ETA, etc.), es que no necesita secuestrar o extorsionar para obtener dinero con el que pagar sus infraestructuras e inversiones. Su principal fuente de financiación es el petróleo, que coloca en los mercados internacionales a través de sociedades-pantalla situadas en paraísos fiscales, por lo que en muchas ocasiones el comprador desconoce el verdadero recorrido financiero de la operación comercial. Para hacer atractivo su "oro negro" a los ojos de compradores e inversores, el Estado Islámico ajusta el precio así que un incremento de la oferta mundial de crudo y el efecto abaratamiento que traerá consigo, resultarán perjudiciales a su estrategia.

De todas formas no se espera que la irrupción de Irán tenga consecuencias en el mercado del crudo hasta el próximo año, previéndose grandes movimientos y luchas de poder en el seno de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) a la que pertenece, en función de los intereses particulares de sus miembros.