Dos mujeres nigerianas denunciaron a la
Policía el calvario que estaban viviendo en la Playa de Palma ya que bajo
constantes agresiones y amenazas, debían hacer frente a elevados pagos.
Los agentes de la Brigada de Extranjería detuvieron a las dos cabecillas
de la trama por los presuntos delitos de apropiación indebida, falta de
lesiones, blanqueo de capitales, falsedad documental, usurpación de
estado civil e infracción de la Ley de Extranjería.
Las dos
líderes utilizaban el vudú y la violencia para mantener a las víctimas
bajo permanente coacción. Todas debían hacer frente a numerosos pagos de
300 euros semanales a través del sistema denominado Osusu. Este
método, importado a Europa por organizaciones de delincuentes
nigerianos, consiste en la recaudación de importantes sumas de dinero en
varios pagos semanales. El montante global lo utilizaban todos los
componentes del grupo en un plazo de tiempo concreto.
A través de
este sistema, los integrantes evitaban las comisiones y las posibles
penalizaciones bancarias con las que se cargaba a sus compatriotas.
Cuando querían recuperar su dinero, todos los interesados debían abonar
un 20% a los creadores del Osusu. Este método facilitaba el
blanqueo de dinero máxime cuando la mayoría de estas sumas habían sido
acumuladas mediante robos a turistas en la Playa de Palma.
A raíz
de la denuncia interpuesta por dos víctimas de la organización, agentes
de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) del
Cuerpo Nacional de Policía iniciaron una investigación para tratar de
determinar el paradero de las controladoras. No escatimaban métodos
violentos para eliminar cualquier atisbo de residencia entre las
víctimas.
Las dos detenidas encabezaban el Osusu. También
empadronaban en su domicilio a ciudadanos extranjeros a los que cobraban
por este trámite una cantidad de entre 200 y 500 euros, para
posteriormente poder regularizar su situación en España.
Con toda
esta información recabada, los agentes de la UCRIF realizaron un
minucioso registro en la vivienda de las dos extorsionadoras. Allí les
intervinieron 880 euros, diez libras esterlinas, 11 teléfonos móviles,
dos ordenadores portátiles, dos tabletas informáticos y una cámara de
fotos; así mismo, los investigadores hallaron en el domicilio
numerosos utensilios para hacer vudú, incluida una
gallina decapitada, aún con vida, usada en este ritual. (FUENTE: DIARIO DE MALLORCA).
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