Ana Orantes
El exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género y médico
forense, Miguel Lorente, ha destacado la "enorme transformación social"
de España frente al maltrato de las mujeres, un cambio que explica, en
su opinión, que las cifras de violencia recogidas en la encuesta de la
Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) sean
sensiblemente inferiores entre las españolas que entre sus vecinas
europeas.
En declaraciones a Europa Press, Lorente ha incidido en
que mientras en 1998 "la violencia de género era una cuestión rechazada
en el ámbito académico y político" que quedaba relegada al ámbito de los
sucesos, tras el asesinato de Ana Orantes (http://bit.ly/1nS0pQa) * se despertó un interés social
que acabó cristalizando, organizaciones de mujeres mediante, en la Ley
Integral de Medidas contra la violencia machista actualmente en vigor.
"Creo
que el principal logro de la Ley, que se podría valorar de muchas
formas, incluso cuantitativamente, ha sido el hecho de servir de
instrumento para transformar la sociedad, que es hoy mucho más
consciente, es capaz de detectar situaciones de violencia en sus
expresiones más mínimas ha reducido a un pequeño espacio el antes
generalizado 'mi marido me pega lo normal'", ha explicado.
Para
Lorente, que fue uno de los primeros en definir la violencia de género
en España, falta, no obstante, camino por recorrer en el desarrollo de
la ley, ya que, según afirma, "su gran déficit está en haber centrado la
esencia de la respuesta ante la violencia de género en la actuación
judicial" cuando un fenómeno como este, "basado en referencias
culturales, valores, la forma de entender la masculinidad, la feminidad y
las relaciones de pareja", requeriría un abordaje más amplio.
"Necesitamos
alternativas para poder abordar la violencia fuera del ámbito judicial
con todas las garantías de protección y de asistencia, y que luego
desemboquen en la justicia llegado el caso, pero no centralizarlo todo
en el ámbito judicial", afirma, para incidir en que el componente
cultural de este tipo de violencia provoca que "no siempre se traduzca
en una denuncia que suponga mostrar públicamente lo que ha sido una
realidad íntima en pareja".
Lorente apuesta en este sentido por el
ámbito sanitario, un espacio "clave" a su entender, porque "una mujer
maltratada acude un 20% más que una no maltratada a una consulta
clínica". "Hace falta tener la capacidad de identificar esa situación
como de violencia y reconocer las alteraciones que se presentan a causa
de la misma. Allí la respuesta es fundamental, porque los facultativos
tienen muchas posibilidades de detectar y actuar en un ámbito en que la
mujer se siente segura y con confianza", explica.
El experto
defiende que se articule "un sistema de actuación específica" dentro del
ámbito sanitario, con un primer nivel de atención en el que el médico
de atención primaria detecta la existencia de violencia de género y un
segundo nivel, de atención especializada y multidisciplinar, con
psicólogos e internistas, que asista a la situación de cada mujer en
función de sus necesidades. "Ahí habría que articular la respuesta", ha
añadido.
Lorente argumenta esta necesidad atendiendo, entre otros
factores, al descenso de las denuncias que se viene produciendo desde
los inicios de la crisis económica. El forense recuerda que el 80% de
las fallecidas nunca habían denunciado y "no es porque no sepan que
están sufriendo violencia de género sino porque piensan que nunca
llegará a ser tan grave o porque están tan hundidas que creen que no
tienen otra alternativa".
"La denuncia supone un cuestionamiento
de la convivencia, denunciar a la persona con la que estás conviviendo
en la mayoria de los casos, y siempre a la persona con la que estás
compartiendo una relación y no es fácil presentarla para luego volver a
la casa donde has mantenido esa relación. El sentimiento es el de
ruptura, de separarse al mismo tiempo que se denuncia y cuando la
situación económica dificulta la autonomía, las mujeres no denuncian y
no rompen", explica.
Dado que la ruptura es, según su experiencia,
"el elemento más precipitante" de la violencia extrema y el homicicio,
Lorente pide prudencia y que se redoblen esfuerzos en detección y
prevención, ya que, si no se trabaja ya, cuando se retome el ritmo de
rupturas, es posible que vuelvan a aumentar los asesinatos de mujeres.
"Que
se reduzcan las denuncias no significa que no haya violencia, sino que
ésta continúa en la intimidad de la relación y en silencio. Esa
continuidad significa más violencia, más posesión del agresor respecto
de la mujer y más riesgo de seguir sufriendo y de que en el futuro, al
romper se oyeda producir una agresión grave o un homicidio", ha
señalado. (FUENTE: LA INFORMACIÓN).
* La inclusión de la fotografía de Ana Orantes y del link sobre la entrevista íntegra pocos días antes de ser asesinada, es mía.
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