La mañana del pasado viernes, Aitor se despertó tirado en el banco de
un parque de Gasteiz. Estaba mareado, desorientado y solo. No sabía
cómo había llegado hasta ese lugar ni dónde estaban sus tres amigos. No
recordaba nada. Tampoco encontraba su teléfono, y su dinero había
desaparecido. La última imagen mental que tiene de sí mismo y de sus
compañeros les situaba en un bar de la parte vieja de Gasteiz. A partir
de ahí todo está en blanco.
Aitor, Álvaro, Gabriel y Zugatz son cuatro universitarios
vizcainos que el pasado jueves, 7 de marzo, decidieron ir a la capital
alavesa para disfrutar de una noche de fiesta, los conocidos jueves
universitarios de gran concurrencia en ciudades como Bilbao o Gasteiz.
Sin embargo, la noche no acabó como ellos esperaban. Según denuncian
estos jóvenes, de entre 18 y 19 años, alguien introdujo algún tipo de
sustancia estupefaciente en sus bebidas para después robarles. Y es que,
al igual que Aitor, entre las siete y las ocho de la mañana del
viernes, sus tres amigos fueron despertándose en diferentes puntos del
casco antiguo de la ciudad después de varias horas inconscientes. De
hecho, él mismo tuvo que reanimar a uno de sus amigos aún
semiinconsciente cuando lo encontró. A todos les faltaban las carteras,
el dinero y los móviles.
Los cuatro compartían los mismos síntomas: mareos,
desorientación, náuseas y una gran laguna mental de en torno a tres
horas. "Estábamos de fiesta, pero no habíamos bebido tanto como para
estar tan mal. Además, no es normal que ninguno recordemos nada desde
que salimos del bar, y que después nos despertáramos cada uno en un
sitio y todos sin dinero y sin móviles", argumenta Aitor.
Los hechos comenzaron a eso de las dos de la madrugada del
viernes. Después de haber estado en la Plaza del Hospital de la capital
alavesa, los cuatro jóvenes se dirigieron hacia la calle Nueva Fuera
donde se ubica una conocida chupitería. Aitor relata que mientras
estaban en el local pidieron unos chupitos y los dejaron sobre la barra
mientras hablaban y bailaban; momento en el que alguien pudo aprovechar
para envenenar sus copas. El joven no se percató de que hubiera
nadie "sospechoso" merodeando por la barra, se lamenta. "No sabemos
quién pudo ser, pero estamos seguros de que fue ahí", sostiene Aitor. No
en vano, la pérdida de memoria de estos jóvenes comenzó una vez que
abandonaron el establecimiento, a las 4.00 horas. "Estamos convencidos
de que fue en la chupitería donde nos echaron algo en la bebida porque
estábamos bien y nos acordamos de todo lo que pasó, pero cuando salimos
del bar empezamos a sentirnos muy cansados, agotados. A partir de ahí,
ninguno recordamos nada", asegura.
Mal despertar Al
despertar en esas condiciones, sin sus pertenencias y cada uno en una
calle cayeron en la cuenta de lo que les había pasado. "Nos han robado
el dinero y los móviles, pero podía haber sido peor. Nos podían haber
hecho cualquier cosa y no nos ha pasado nada", mantiene. Cuando se
sintieron con fuerzas, se dirigieron a la comisaría de la Policía vasca
en Gasteiz donde uno de ellos interpuso una denuncia, mientras que el
resto denunciaron los hechos ante la Ertzaintza una vez llegaron a casa.
Además, acudieron a centros hospitalarios -unos al hospital de Cruces y
otros al IMQ de Zorrotzaurre- para que les practicaran un análisis
completo con el que determinar si habían sido drogados. Los resultados
fueron negativos. "Estos análisis sirven para detectar siete tipos de
drogas y si lo que nos echaron no está catalogada no se detecta. Según
dijeron algunas de estas sustancias desaparecen rápido del organismo",
puntualiza Aitor.(FUENTE: DEIA).