Alrededor de 3.500 personas se quitan la vida cada año en
España. Una cifra que los expertos creen que podría ser el doble de lo
que afirman las estadísticas oficiales y que sitúa al suicidio como la
primera causa de muerte externa entre el colectivo de 30 a 44 años, por
delante de los accidentes de tráfico.
Razones sociales, culturales y de
tipo religioso explican que aún existan en la sociedad española muchos
prejuicios en torno al suicidio. «La sociedad todavía tiene una actitud
de censura», afirma Carmen Tejedor, una de las mayores especialistas en
España sobre conductas suicidas. «Siempre buscamos un culpable, pero la
muerte por suicidio es más compleja», añade. Psiquiatra en el hospital
de Sant Pau, en Barcelona, señala que la mayoría de las personas que se
quitan la vida tienen patologías depresivas, psicóticas, dependencias
del alcohol o la droga o se trata de gente mayor con enfermedades
crónicas.
«El que se suicida no es libre, es profundamente
desgraciado, por eso es mejor hablar, pedir ayuda, no callar», señala.
Carmen Tejedor aboga por romper con todos estos tabúes. «No hablar de
los suicidios es la mejor manera de que la gente se siga suicidando»,
afirma de forma categórica. Con una prevalencia en España de entre 7 y 8
casos por cada 100.000 habitantes, esta doctora señala que «no hay
muerte que cause más dolor a los familiares que la de un suicida».
Darío Nogués lo sabe. Su madre se quitó la vida con 55
años. «Tengo mucho sentimiento de culpa, de desgarro, de dolor; pero hay
que afrontar la realidad sí o sí para poder seguir viviendo». En
cualquier caso, reconoce que hay «momentos en que la vida se hace tan
dura y tan ardua que se hace imposible continuar». Ha recibido amparo en
la entidad DSAS (www.despresdelsuicidi.org), la primera asociación de
familiares de personas víctimas de un suicidio. «Expresarlo, hablarlo,
es muy bueno sacar todo lo que tienes dentro», explica.
La presidenta de DSAS, Cecilia Borràs, que perdió a un
hijo, apunta que la entidad -radicada en Cataluña-, ha nacido siguiendo
la filosofía de una frase del escritor ruso Máximo Gorki , que dice:
«¿De verdad vale la pena hablar de esto? Vale la pena, pues es la pura
verdad». Su objetivo es facilitar «un lugar de encuentro donde poder
hablar y ser un espacio de confianza y respeto para acompañar a los
supervivientes del suicidio en su proceso de duelo». De momento, la
asociación la integran trece familias que han perdido a uno de los suyos
en un suicidio. El 30 % no estaban en tratamiento psiquiátrico y el 40%
lo habían intentado con anterioridad, de ahí que Carmen Tejedor crea
que aún se puede hacer mucho desde el punto de vista de la prevención:
«¿Verdad que informáis de los riesgos del colesterol para prevenir los
infartos o los ictus?, pues también se debe informar de la prevención de
los suicidios», instó a los periodistas. (FUENTE: EL CORREO).
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